Mal. Mal empezamos la feria de San Fermín de 2012 en la Monumental de Iruñea. El albero ofreció poco y, una vez más, el espectáculo se limitó a las gradas de sol y a la pitada que recibió Enrique Maya, que ayer presidió el festejo.

Los astados no dieron ninguna opción, ya que salieron desrazados. Los toros de Dolores Aguirre no cumplieron y el balance de los diestros se limitó a una sola oreja que cortó Joselillo en el tercero de la tarde. En el sexto, se tuvo que conformar con el silencio de una concurrencia que ya pensaba más en la salida de las peñas. El silencio fue también lo único que pudieron lograr Antonio Ferrero y Eduardo Gallo. Un silencio atronador.

Botero, el primer toro de la tarde resultó alto, zancudo, astifino y suelto de carnes. Ferrera lo lanceó con oficio. Pese al recurso de brindar el astado al respetable no fue suficiente para lograr un premio. Empezó su faena por el costado derecho. La falta de raza no contribuyó. Espada y descabello.

Yegüizo fue el segundo de la tarde. También astifino. Manseó en varas e hizo hilo en banderillas. También brindó al público y tampoco logró premio. Gallo presentó pronto la muleta por el pitón derecho. Noble pero justo de fuerzas, se fue apagando progresivamente.

Burgalito, el tercero, mostró poco celo. Joselillo se echó de rodillas tras brindar el toro al público. Efectista, pero valiente. El viento no le ayudó. Una gran estocada le valió la única oreja de la tarde.

De Angelón, Cantinillo y Langosta, la segunda parte de la corrida de ayer, mejor ni hablamos.