Imputaciones por el escandalo de Bankia
«Caixa Ontinyent seguirá cumpliendo sus objetivos de caja de ahorros y obra social»
En medio de los escándalos provocados por la gestión de varias entidades españolas, la valenciana Caixa Ontinyent y la balear Caixa Pollensa son las únicas cajas de todo el Estado español que han logrado sortear la virulenta reforma financiera, sin fusionarse y manteniendo su negocio tradicional, hasta el punto de ganarse el calificativo de «irreductibles».
Caixa Ontinyent mantiene su propósito de afrontar el futuro en solitario, dado que no contempla «ninguna posibilidad» de fusionarse, y se adaptará «a cualquier entorno» para seguir cumpliendo sus objetivos de caja de ahorros y obra social en beneficio de su zona de influencia.
Así lo asegura su presidente, Rafael Soriano, en una entrevista a la agencia Efe, en la que indica que no existe ninguna intención de fusión en la entidad, una de las dos cajas de ahorro que quedan como tales en todo el Estado español, junto a Pollensa, «y más a la vista de otras experiencias», añade.
La «saneada posición» de la caja permite afrontar el futuro en solitario y hay que tener en cuenta, señala Soriano, que su volumen de negocio no permitiría liderar ningún proceso de fusión ni tampoco aportaría mayor volumen significativo.
Caixa Ontinyent obtuvo un beneficio neto de 970.000 euros en 2011, de los cuales la mitad se destinan a reservas y la otra mitad a obra social, y su volumen de negocio ascendió a 1.623 millones, el 3,10% menos que el ejercicio anterior.
Soriano asegura que la función y los objetivos de la caja están claros: la caja de ahorros se fundó en 1884 para que los habitantes de la comarca tuvieran un lugar seguro donde depositar sus ahorros, y con el fin de apoyar la actividad emprendedora y de las familias, y reinvertir los resultados en obras sociales.
Con la «clara voluntad de continuar» en el mismo camino, la caja confía en poder afrontar «los retos del nuevo escenario» desde la gestión «prudente», la «cohesión» entre los distintos estamentos de la entidad y la «confianza» de los clientes.
«Tenemos una baja dependencia de mercados mayoristas y buena posición de liquidez, una aceptable calidad de las inversiones que llevan a una morosidad más baja que la media (del 5,15%) y una cobertura superior a la media (del 73,5%), un capital propio superior holgadamente al mínimo legal (el core capital es del 10,39%) y una limitada exposición al sector inmobiliario», argumenta.
La crisis del sector financiero ha afectado a esta caja en la reducción de su volumen de negocio y en los resultados, el aumento de la morosidad y en los recursos destinados a dotaciones y saneamientos. «Pero ese deterioro es mucho menos acusado» que en la mayor parte del sector financiero, añade.
Soriano descarta que la entidad necesite ayuda pública como consecuencia de la reforma financiera, cuyo impacto en la caja se cifra en 11,3 millones en dotaciones para cubrir deterioros de activos inmobiliarios y en 3,1 millones en capital adicional.
El capital adicional está cubierto, según Soriano, por el core capital, del 30% por encima del exigido, y cuenta con provisiones de 19 millones, procedentes de los beneficios obtenidos en 2011 y de fondos acumulados.
El resto de ese capital se terminará de cubrir, según las previsiones, con dotaciones a cargo de los resultados del ejercicio de 2012.
Sobre las ayudas a la banca, Soriano considera que ha prevalecido la necesidad de dar seguridad a los ahorros depositados y estabilidad a las inversiones y relaciones comerciales, ya que su caída podría afectar de forma negativa a muchas personas y empresas y «contaminar peligrosamente» al sector.
Por ello califica las ayudas de «necesarias», aunque matiza que «solo el tiempo dirá» si la forma en que se han instrumentado ha sido «la correcta».
El proceso de fusiones en el sector financiero vivido en el Estado español ha comportado un «deterioro» de la imagen de la banca por sus dificultades pero también, en opinión de Rafael Soriano, por algunas de sus actuaciones. EFE
