El enviado especial de la ONU, Kofi Annan, anunció un acuerdo ayer con el presidente sirio, Bashar al-Assad, sobre un nuevo «enfoque» para salir de la crisis que presentará a los rebeldes.

El mediador, que reconoció hace dos días las dificultades para aplicar su plan de salida de la crisis de seis puntos, no detalló el contenido del acuerdo.

El diario sirio cercano al poder «Al-Watan» desveló ayer que sobre la mesa de la reunión que celebraron ayer en Damasco al-Assad y Annan estuvieron los medios para poner en marcha la idea de transición pacífica presentada por el ex secretario general de la ONU e implicado en resolución de conflictos -incluido el que enfrenta a Euskal Herria con el Estado español-, idea que fue aprobada por el Grupo de Acción sobre Siria en la reunión de Ginebra del 30 de junio.

Esta idea prevé la formación de un Gobierno de transición entre representantes del poder y de la oposición y no menciona la salida de Al-Assad. Pese a ello, Washington y sus aliados occidentales y árabes insisten en que el plan abriría la vía a una Siria post-Al-Assad, mientras que Rusia y China insisten en que corresponde a los sirios decidir sobre su futuro.

Llegado la víspera a Damasco en su tercera visita desde que asumió su tarea de mediación, Annan aseguró que tuvo «un debate muy franco y constructivo» con Al-Assad. «Hemos debatido sobre la necesidad de que termine la violencia y sobre los medios para lograrlo. Nos hemos puesto de acuerdo sobre un enfoque que voy a presentar a la oposición armada», anunció.

Por su parte, el portavoz del Ministerio sirio de Exteriores, Jihad Makdessi, coincidió en calificar de «constructiva» la reunión, e insistió en que la conferencia de Ginebra «fue perci- bida (por Annan y por Al-Assad) como un paso importante para hacer avanzar el proceso político y para propiciar un clima de diálogo».

Annan insiste en defender la participación de Irán, «que tiene influencia» sobre Siria y «no puede ser ignorado», en la búsqueda de una solución. Pese a la negativa de las potencias occidentales de permitir que Teherán ofrezca su opinión y, en su caso, sus buenos oficios, el mediador de la ONU lanzó un abierto desafío al viajar ayer mismo a Irán para entrevistarse con sus responsables políticos.

El viaje fue confirmado por la agencia iraní oficial Irna y confirmado por la cadena iraní en lengua árabe Al-Alam. El viceministro de Exteriores iraní, Hossein Amir Absollahian, declaró el domingo que Teherán «ya ha planteado sugerencias concretas a Kofi Annan» e insistió en que Irán «podría ser una parte de la solución al problema sirio». En la misma línea, recordó que una intervención militar en Siria «no es probable pero si tuviera lugar sería simplemente una estupidez». En paralelo, el presidente sirio acusaba el mismo domingo a EEUU y en una entrevista concedida a la televisión pública alemana, ARD, de suministrar «protección y apoyo político» a los rebeldes «para desestabilizar Siria».

Muchas oposiciones

El opositor Consejo Nacional Sirio (CNS), coalición que recibe el apoyo total de Occidente, no dudó en criticar abiertamente la visita de Annan a Damasco. En un comunicado, acusó al mediador de la ONU de optar «por reunirse con los símbolos del régimen mientras no participó en la Conferencia de Amigos del Pueblo Sirio en París, para gran sorpresa de los países participantes».

El CNS insistió en certificar el «fracaso» del plan Annan y en recordarle que su misión «no tiene un plazo ilimitado», para insistir a continuación en pedir que el Consejo de Seguridad de la ONU apele al capítulo VII de Naciones Unidas, que abriría un amplio abanico de posibilidades que van desde las sanciones hasta la intervención extranjera abierta en el país.

El CNS criticó, asimismo, la insistencia de Annan en invitar a la participación en el proceso a Irán, al que califica de «cómplice» del régimen de Al-Assad.

Sin embargo, es un hecho que la oposición siria no tiene una sola voz. Uno de sus principales dirigentes, Michel Kilo, fue reccibido ayer en Moscú por el ministro de Exteriores, Serguei Lavrov, e instó a Rusia a ayudar a la estabilización de la situación. «Siria se ha convertido en el escenario de un conflicto internacional (...) A Rusia le interesa contribuir a la estabilización de la situación«, señaló el líder del grupo opositor Tribuna Democrática, quien no ha ocultado sus diferencias con el CNS y aboga por implicar a Moscú en una solución pacífica.

Kilo, quien defendió que el general desertor Manaf Tlass podría cumplir un papel central en el futuro en Siria, se desmarcó asimismo del CNS al defender la prórroga de la misión de la ONU. «Deben quedarse en Siria. Tal necesidad existe. Sabemos que Tlass no coincidió con Al-Assad en los caminos para resolver la crisis siria. Tlass mostró su disposición a las reformas y propuso resolver el problema por la vía pacífica, pero Al-Assad optó por la violencia», insistió. Tras la reunión, Lavrov reivindicó que «Rusia es uno de los pocos países, si no el único, que trabaja tanto con el Gobierno sirio como con la oposición que se esfuerza en hacer aplicar el plan de Annan».

Lavrov situó precisamente en el marco de los acuerdos de Ginebra tanto el encuentro con Kilo como el previsto mañana miércoles con el nuevo jefe del CNS, el dirigente kurdo Abdel Basset Sayda.

En una reunión con los embajadores rusos, el presidente, Vladimir Putin, reiteró la necesidad de una solución «pacífica y sin ingerencias» de la crisis siria.