Algunos siguen todavía lejos de Aiete
En un comunicado difundido ayer por NAIZ y que reproducimos en estas páginas, ETA hace balance de lo ocurrido en los últimos ocho meses, concretamente desde que el cese definitivo de su actividad armada, en respuesta al emplazamiento de la Declaración de Aiete, cerrara un ciclo histórico en Euskal Herria. En el documento, la organización vasca explica que ha seguido dando pasos para asentar el proceso y detalla que además de mantener su compromiso está «redoblando esfuerzos» para abrir vías de diálogo y adecuarse a las condiciones del proceso. Esta es, por su alcance, la aseveración más importante del escrito, en el que también critica la actitud que mantienen los estados español y francés, junto a determinados agentes, para hacer descarrilar el proceso.
Se trata de una denuncia que parte más de una constatación que de una valoración, y que comparte buena parte de la ciudadanía vasca, para disgusto de aquellos que serían capaces de ver un cielo estrellado a mediodía si ETA dijera que brilla el sol. Es un hecho que el camino que comenzó con la iniciativa unilateral de la izquierda abertzale cuenta con enemigos bien definidos, que han tratado de obstaculizarlo desde el primer momento y cuyo comportamiento no ha variado en absoluto a pesar del anuncio histórico del 20 de octubre. El día a día pone a cada uno en su sitio, y algunos todavía están muy lejos de un escenario de soluciones.
Frente a sus intentos de sabotaje, el proceso necesita el impulso de todos los sectores que quieren abrir una nueva etapa en la política vasca. Y en ese camino, no se entiende el viraje de quienes hace ocho meses acompañaron a la mayoría social y política de Euskal Herria y ahora se acomodan al abrigo de los saboteadores. Si entonces fueron sinceros, deberían recordar quién sigue sin cumplir ninguno de los puntos fijados en Aiete y quién ha cumplido todo lo que se le pedía. Saben que si la disposición de todos los agentes hubiera sido la misma, la meta estaría hoy al alcance de la mano.