Como esos corredores que, más por tradición que por fe, le piden al santo que les guíe en el encierro, Martínez de Irujo se encomienda a San Fermín para que lo devuelva a la vía del triunfo, esa que abandonó allá por el «Pobre de Mí» de 2011, cuando se proclamó campeón de la feria iruindarra junto a David Merino, con quien vuelve a completar pareja. Y es que, con la salvedad de la feria donostiarra del año pasado, un torneo que apenas contó con tres partidos, y en la que logró el título junto a Zubieta, el de Ibero no ha conseguido ningún triunfo en un año, algo que solo había ocurrido en 2007, cuando no se caló ninguna txapela.

Pero, a diferencia de lo que sucedió en aquel año, cuando andaba lesionado del costado, o hace 365 días, cuando estaba muy justo de manos, el campeón de Ibero, hoy por hoy, está en buena forma y, junto a un David Merino que siempre es una garantía, componen una de las parejas favoritas al título.

Las dos derrotas en las dos últimas finales, la del Manomanista y la del Cuatro y Medio de Nafarroa, no han hecho sino aumentar el hambre del de Ibero, que quiere resarcirse ante los suyos. De hecho, la situación es en parte similar a la del año pasado, ya que además de volver a conformar pareja con David Merino, lo hace tras haber caído con rotundidad en la final del día 7 ante Bengoetxea VI.

Es más, la final del año pasado ante Xala-Pascual, en la que vencieron por 22-6, fue una de las últimas exhibiciones que se le recuerdan a Martínez de Irujo, que pasó por encima de sus rivales en aquel partido.

Pero para poder soñar con repetir el título, esta noche deben dar el primer paso ante Berasaluze VIII-Albisu, una pareja que tiene muy limitadas sus opciones tras la derrota, y sobre todo el tanteo (22-14), del domingo ante Xala-Zubieta.

La diferencia en cuanto a juego no fue quizá tan grande como refleja el marcador final, de hecho Pablo Berasaluze tuvo sus momentos brillantes, pero los de Asegarce, especialmente Albisu, cometieron demasiados errores. De todos modos siguen vivos y prometen un partido bonito para el espectador.