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La dirección divide a la plantilla de Celsa tras forzar una asamblea

La dirección de Celsa Atlantic logró dividir ayer a la plantilla tras forzar la celebración de una asamblea en la que 92 empleados apoyaron el plan de viabilidad presentado por la empresa, ante la oposición de unos 200 trabajadores que se concentraron en el exterior. En opinión del comité, esta asamblea no tiene legitimidad y «lo único que ha logrado es dar la patada a los 91 trabajadores que ya han sido despedidos».

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GARA | GASTEIZ

Desde primera hora de la mañana la mayor parte de la plantilla se congregó frente a la planta que la antigua Laminaciones Arregui tiene en el polígono de Gamarra, en la capital alavesa, para expresar su rechazo a la asamblea convocada por el 33% de la plantilla para votar el plan de viabilidad propuesto por la dirección.

La compañía ya había registrado un ERE que supondría el cierre de las plantas de Gasteiz y Urbina y el despido de los 352 trabajadores de la plantilla. Posteriormente, como alternativa al cierre, la dirección propuso un plan alternativo que contempla el despido de 91 trabajadores y una reducción salarial de alrededor del 20%, aunque según el comité es del 25% si se tienen en cuenta los 4 años de congelación de los salarios, por lo que éste lo rechaza de plano.

Para votar estas condiciones convocaron ayer una asamblea, que según fuentes del comité, fue «apoyada y auspiciada» por la dirección, que fletó tres autobuses para que entraran a la fábrica los trabajadores afines al plan de la empresa, además de poner a su disposición «notario, abogados y seguridad».

Antes de que llegaran los autobuses con esos empleados, desconocidos incendiaron una barricada de neumáticos colocada en el exterior de la planta para impedir el paso de vehículos.

Finalmente, llegaron a la fábrica en tres autobuses casi vacíos cerca de un centenar de trabajadores, ante los gritos del resto de la plantilla que les increpaban con gritos de «cobardes» y otros insultos. La Ertzaintza estableció un cordón para facilitar el acceso de estos vehículos y no se registraron más incidentes. A la asamblea celebrada en la fábrica asistieron 98 trabajadores, de los cuales 92 apoyaron el plan de viabilidad de la dirección. En el exterior, los concentrados recogieron por su parte 210 firmas en contra del plan de la empresa.

A juicio del comité, la asamblea celebrada ayer en la fábrica no tiene validez alguna ya que no representa al conjunto de la plantilla. Para el comité, los trabajadores que secundaron esta iniciativa lo único que han logrado es «dar la patada final a los 91 trabajadores que ya han sido despedidos» y cuya readmisión reclama el comité de empresa para sentarse nuevamente a negociar.

Salidas menos traumáticas

El comité de empresa recordó ayer que estaría dispuesto a abordar las salidas de personal de la empresa de forma menos traumática, vía prejubilaciones adecuadas, bajas voluntarias incentivadas o traslados a otras empresas del grupo, así como mediante excedencias remuneradas.

Ante esta situación, el comité tiene previsto solicitar una nueva reunión a la dirección a través del Preco (Procedimientos Voluntarios para la Solución de Conflictos Laborales) y confía en que la compañía esté dispuesta a dar pasos para encontrar una salida que evite el cierre de las dos fábricas.

Por su parte, la dirección de la empresa no quiso pronunciarse ni sobre la asamblea de ayer ni sobre las consecuencias que pueda tener.

En relación a este conflicto, Bildu lamentó la división entre los trabajadores y denunció lo que considera «maquiavélica estrategia empresarial de poner en la picota a 91 familias».

La dirección de Inasa anuncia al comité la presentación de un concurso de acreedores

La dirección de Inasa anunció ayer al comité de empresa la presentación en el juzgado de lo mercantil de Iruñea de un concurso de acreedores para intentar un acuerdo sobre la refinanciación de las deudas que tiene la compañía.

Según informó el comité, la dirección se lo comunicó durante la cuarta reunión del periodo de consulta del despido colectivo planteado para la totalidad de la plantilla de Irurtzun. La presentación del concurso de acreedores responde al vencimiento de diversas líneas de crédito y préstamos con entidades financieras a las que Inasa Foil dice que no puede hacer frente debido a la huelga que se inició el 24 de mayo y que ha conllevado «pérdida de clientes, desconfianza entre los acreedores financieros y, finalmente, el cierre».

Inasa notificó además que ya ha realizado el pago de la liquidación de convenios especiales del anterior ERE a la Tesorería General de la Seguridad Social y que el director general que vio extinguido su contrato por el ERE de 2011 ha ganado en los tribunales su reclamación por un importe de más de 650.000 euros al tener un contrato blindado. GARA

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