GARA > Idatzia > Iritzia> De reojo

Raimundo Fitero

La lupa

 

Qué aplaudían los diputados del PP tras el anuncio del suicidio de su supuesto líder y sin embargo enemigo? Quizás, eso, que en breve se pueden sacar de encima tamaño inútil. El descaro de estas huestes de la extrema derecha española entra en el terreno de lo incalificable. Nadie, en su sano juicio aplaudiría a quien realiza al dictado los recortes más salvajes en contra de todo rasgo de sentido común, que cede toda la soberanía del reino de España a Europa y contradiciendo totalmente su programa electoral. Ellos son así. Podrán seguir cobrando, mangoneando, crispando, convocando a todas las fuerzas telúricas. Nos importaría una higa si no fuera porque dedicarán sus esfuerzos a simular su inexistente fuerza política en la calle, con sus cuerpos de supuesta seguridad exhibiendo violencia. Por cierto, son funcionarios a los que acaban de dar otra puñalada.

Al final resulta que es Cervantes. El supuesto especialista de los encierros de TVE, no se llama Patxi García, sino Patxi Cervantes. Uno no se puede fiar ya ni de los cartelitos de la propia cadena. Ni mucho menos de las informaciones de otros medios. Metemos la lupa, y reconocemos la cagada propia. Se llama Patxi Cervantes. De Osasuna para más señas. Pero ni así se salva. Tiene un espacio tranquilo, de esos de relleno media hora antes del encierro que se llama precisamente «La lupa» y se dedica a remarcar los momentos más importantes del encierro del día anterior. Un desastre. A un mozo con camisa negra, le llama el negro, con dos tonos altos. Repite vaguedades, tópicos, se ensaña con su vocabulario corto, reiterativo y adormidera, nos repite lo ya visto cien veces. Fatal. Digamos que la realización es manifiestamente mejorable. No le ayuda nada. Han perdido capacidad narrativa, eficacia. No me hable de presupuesto, que ya me sé el rollo.

Por cierto, Pilar Rubio, José Corbacho y «Todo el mundo es bueno» es pasado. Los programas grabados los colocan de madrugada para rellenar y entretener a deshoras. Lo de la presentadora parece más grave. Se ha convertido en el fetiche del desastre. No ha acertado ni una sola vez. Corbacho es otra cosa, tiene más recursos y resucitará de inmediato.