OLAIZOLA II-APRAIZ 18

BENGOETXEA-BEGINO 22

Leíamos en estas mismas páginas al compañero Ion Orzaiz, que las actuaciones del programa oficial de San Fermín no están convenciendo a nadie, que la apuesta por la «caspa» ante la falta de presupuesto y de ideas no han calado entre iruindarras y visitantes. La propuesta del miércoles en el Labrit nada tuvo de original ni novedoso, no era más que un festival de pelota, pero cuando se juntan cuatro pelotaris de calidad en gran momento de forma, con el día bueno, se le suma un ambiente de lujo y hay hasta músicos espontáneos... nadie, ni los más acérrimos seguidores de Aimar Olaizola y Alexis Apraiz, salieron decepcionados de la velada de pelota de La Bombonera.

Porque el principal secreto del éxito de cualquier espectáculo reside en dar al público lo que quiere en cada momento y tanto Oinatz Bengoetxea-Begino como Olaizola II-Apraiz lo consiguieron. Habrá puristas que quizá echen en falta la dureza y el peloteo largo de los partidos de campeonato, pero difícilmente habrá un partido estival más completo; ya que hubo emoción, alternativas en el marcador, ritmo, calidad, remates de todas las posturas, pelotazos largos y hasta música, la que dos espontáneos ofrecieron a Aritz Begino por su partidazo.

Gran inicio de Aimar

Y eso que Aimar Olaizola salió decidido a que el choque se dilucidara por la vía rápida. Como ya hiciera en la semifinal del Cuatro y Medio de Nafarroa ante el propio Oinatz Bengoetxea, el de Goizueta dio una exhibición al alcance de los elegidos y se pusieron 7-1 en el marcador.

Sin embargo, como en aquel partido, el de Leitza tuvo respuesta inmediata. Eso sí ayer contó con la ayuda de un Aritz Begino que volvió a mandar. Al comienzo le costó soltar su derecha, pero poco a poco lo fue haciendo y consiguió evitar que Olaizola II entrara en juego.

Pero la reacción no se cimentó únicamente en el cambio de guión que impuso el de Auza con la potencia de su brazo derecho, para superar a un Aimar en racha y a un Apraiz que no tiró ninguna pelota, había que acertar en el remate y ahí apareció un Oinatz Bengoetxea que, como casi cada verano, está en plenitud de facultades.

La situación exigía poner ritmo y arriesgar en los remates y el de Leitza estuvo acertadísimo en esa faceta, con dejadas y aperturas al ancho con las que desbordó la gran defensa de Olaizola II, con solo una pelota mandada bajo chapa.

Con los dos en juego, Bengoetxea VI y Begino forman una gran pareja y el que quiera el título tendrá que jugar mucho.