udate | iruñeko sanferminak
Los iruindarras buscan mil y un formas para protestar en San Fermín
La crisis, los recortes, la sentencia de Estrasburgo, el espacio de Gora Iruñea, los 500 años de conquista... En torno a sanfermines se había formado una de ciclogénesis explosiva de descontento social que prometía una respuesta y los iruindarras han demostrado tener imaginación de sobra.
Aritz INTXUSTA | iRUÑEA
UPN intentó curarse en salud antes de empezar las fiestas de la capital navarra con una nota de prensa para denunciar «el enésimo intento de la izquierda abertzale de politizar los sanfermines». Después, la Policía española elaboró un informe sobre los incidentes Riau-riau con una argumentación -algo delirante- en la que todas las reivindicaciones y el fracaso de la iniciativa del alcalde, Enrique Maya, respondían a una estrategia coordinada por los abertzales. Iruñea está más peleona, pero la explicación de este auge crítico resulta mucho más simple: la gente está más harta que nunca y cada vez hay más motivos para protestar. Resulta de locos ver la mano de la izquierda abertzale redactando la sentencia de Estrasburgo o sugiriendo recortes a Mariano Rajoy.
«With Spain to ruin», rezan unos carteles negros con caricaturas del rey y de Mariano Rajoy, Roberto Jiménez, Yolanda Barcina y José Iribas. En algunas calles, los servicios municipales los han pintado por encima para acallar la protesta, sin molestarse en arrancarlos y manchando la pared, pero no han podido con todos. Cualquier intento de fingir que Iruñea tiene un pensamiento monocolor resulta inútil. Aunque Iruñea está de fiesta, no vive al margen del mundo y, por eso, apenas apenas queda superficie (ya sea pañuelo, camiseta, pared, faja, pegatina o balcón) que no recoja una denuncia diferente.
La bandera que más se ve en los balcones de Alde Zaharra es la ikurriña. Sólo los cartelones con la tijera que denuncian los recortes y que han sido pintados por los alumnos de la Escuela San Francisco pueden competir con la enseña vasca. Por el tercer puesto pugnarían la banderola de los presos y la de la Nafarroa independiente.
Iruñea bulle con protestas de todo tipo. Siempre ha sido así, desde que las peñas dan el pistoletazo de salida desahogándose con las pancartas. No se trata de ninguna campaña orquestada, sino simplemente que los sanfermines tienen una carga antiautoritaria potente. Se quiera o no, la gente canta «Navarra tiene cadenas» y este año también «500 urte» de Bizardunak. Los riberos castas hacen lo propio con las coplas de Monteagudo. Y sin «Sarri sarri» y «No hay tregua» las noches de sanfermines no serían lo mismo.
Hacer una relación de todas las iniciativas que surgen a lo largo de las fiestas resulta casi imposible, pero sí que hay unas cuantas que destacan. Por ejemplo, en cuanto a las camisetas está ganando por goleada la del «TAVtazo», dejando claro que Yolanda Barcina sigue siendo la musa de los dardos sanfermineros. Por internet circula también una versión del cartel ganador de este año, pero con la cara de la presidente y la frase «I want you for recortes». Finalmente, el fotomontaje no ha llegado a plasmarse con éxito ni en cartelería ni en camisetas.
El que ha ganado peso en el último arreón ha sido el alcalde de Iruñea, que tenía un papel de segundón hasta que decidió que la plataforma Gora Iruñea no se merecía un espacio propio en sanfermines. Al paso de la comitiva de la procesión, además de los habituales exabruptos, la gente le recriminó al grito de «Gora Iruñea! Gora Iruñea!». Atada de lado a lado en la calle Curia, una pancarta vertical aún defiende las fiestas populares. También en los vasos reutilizables que sirven en varias tabernas se puede leer «Jai Herrikoia». El golpe de efecto que ha aumentado la popularidad del alcalde ha sido, sin embargo, ver su cara convertida en el símbolo del «ron Cazique» en cartelería y pegatinas.
Contra los ataques sexistas
Otra campaña que ha estado bien visible por todas las calles jatorras de Alde Zaharra es la de los colectivos feministas. Gracias a su labor de denuncia, todo el mundo es ya consciente de que las agresiones sexistas suponen una de las mayores lacras que tienen los sanfermines. Sus lemas, presiden varios edificios pancartones escritos en euskara, castellano e inglés en los que se solicita tolerancia cero y se pide que siempre se denuncie. La iniciativa es buena pero, por desgracia, tendrá que estar presente también el próximo año, porque el problema continúa.
Los colectivos populares también han sacado adelante consejos para ligar desde el respeto, pero también dando pautas básicas de salud sexual. Sanfermines son propicios para encontrar una pareja fugaz, por lo que llevar un condón encima siempre es una muy buena opción, aunque el Ayuntamiento no haga demasiado hincapié.
Otros de los distintivos que más han lucido iruindarras y demás parranderos, son las camisetas con el corazón de Nafarroa Bizirik y a Caravinagre transformado en «V de Vinagre» criticando los recortes. En un segundo plano en cuanto a popularidad se encuentran las que apoyan la huelga general tras la campaña de criminalización del 29-M y la cotizada camiseta con la tijera y el símbolo de prohibición. En cartelería hay también alusiones a Emilio Botín y reclamado que la Vuelta a España se busque otro itinerario.
Por otra parte, la ropa sanferminera se pone en contadas ocasiones y, por mucho que se enguarre en nueve días, dura bastantes años. Así, no es extraño encontrarse con ropa de Segi, dibujos de ojos y barrotes y lemas como «Gure peñakide presoak, etxera». El pañuelo de la amnistía también sigue siendo de los más usuales, aunque los de Herrira han tenido una buena acogida. Este movimiento también ha estado visible gracias a pancartas cruzadas de balcón a balcón y en el txupinazo.
Una protesta viva en la calle
Las reivindicaciones a lo largo de estas fiestas no han solo estáticas. La represión tras fracasar el Riau-riau ha sido contestada con concentraciones. Los trabajadores de Inasa metieron un golazo en la Plaza del Ayuntamiento, junto a los que entraron con la ikurriña y las banderas. La gestión del alcalde fue valorada durante la procesión. Como todos los años, junto al monolito a Germán Rodríguez se reivindicó justicia y verdad para los sucesos de 1978. Por su parte, Nafarroa Bizirik entró en la plaza en kalejira festiva y masiva. Independentistak salió a la calle a reclamar la soberanía... Y aún que queda bastante más.
Hoy el movimiento popular echará un pulso al Ayuntamiento para montar actuaciones gratuitas en Alde Zaharra. Y, como ya va siendo tradición, la fiesta se cerrará oficialmente con un concierto de Fermín Valencia en el portal de Zumalakarregi.
Es imposible que una mente haya creado tal campaña de propaganda como dice UPN. Si acaso, los único responsables son los responsables políticos que reciben semejante contestación.
La tijera con el símbolo de prohibición es uno de las enseñas más vistas, tanto colgando de los balcones como en camisetas. También entró en forma de pancarta gigante en la plaza de toros.
Una de las campañas más vistosas es la que combate las agresiones sexistas en San Fermín. Este tipo de abusos son probablemente la mayor lacra de las fiestas de Iruñea y aún queda mucho trabajo por hacer.