E l inevitable hundimiento de la economía española está sirviendo de pretexto y de catalizador para que el facherío organizado vaya implementando su agenda ultra y atacando a sus particulares demonios.

Castigados con una espectacular subida ad hoc del IVA los artistas «progres» con los que tenían cuentas que saldar, con una próxima y desvergonzada manipulación del censo electoral de este país y con la deconstrucción de la Ley del Aborto a la vuelta de la esquina, calientan ya las baterías para preparar el terreno al desmantelamiento por decreto de las autonomías. Y esta servidora cree que la crisis les viene como anillo al dedo para seguir con su política golpista.

Ayer en «El Mundo», Federico Jiménez Losantos, que va de sobrado por la vida pero al que no se le puede negar la franqueza en sus argumentos, se unía a la «lucha» de Pedro Jota contra la «migraña existencialista» y lo decía claramente: «Hay que acabar con el Estado de las Autonomías tal como lo conocemos, recuperar las competencias que nunca debieron ser transferidas y acabar con la propia idea autonómica como chantaje obligatorio a los separatismos vasco y catalán».

Desmelenado el flequillo, al fachísimo solo le faltó el saludo fascista cuando arengaba al PP a decretar el «se acabó lo que se daba» y a no dar «ni un euro para cualquier comunidad autónoma que no sea leal a la nación». Están en las últimas, y lo reconocen abiertamente, pero parece que estos no van a caer sin intentar llevarse por delante todo lo que puedan.

El editorial del «Abc» tiraba por la misma línea y apostaba por dar «prioridad al interés general sobre las ventajas territoriales». El periódico centenario de la derecha más carca invitaba al muy facha de Mariano Rajoy, recordándole que tiene «una aplastante mayoría» y «toda la legitimidad», a ir contra el «egoísmo localista que nos ha conducido al borde del abismo». Ya ven, apuntan al objetivo y, día sí y día también, lanza globos sonda para preparar el terreno.

Una siempre creyó que la fórmula del café para todos era una filfa artificial y está de acuerdo con cerrar la persiana de ese modelo autonómico. Sobre todo, si ello sirve para abrir las puertas a la independencia.