La de ayer fue una nueva jornada de infarto para los mercados. Las más que crecientes dudas sobre el futuro de la economía española ponen sobre las cuerdas al Ibex y al resto de mercados europeos que ayer también cerraron en negativo. El temor de que el Estado español no sea capaz de salir adelante sin la ayuda del BCE y se vea abocada a un rescate provocó el pánico en los mercados, con fuertes caídas que se suavizaron al cierre. La prima de riesgo seguía desvocada y cerró ayer en la posición más alta desde que se implantó el euro, con 632 puntos básicos, aunque durante la sesión llegó a tocar los 640 puntos. Esta alza se debe a un repunte del rendimiento del bono a diez años hasta el 7,49%, un nivel que muchos expertos consideran insostenible. Fruto de esta situación, la bolsa española llegó a desplomarse durante la jornada más de un 5% y el Ibex cayó a niveles desconocidos desde principios de 2003, llegando a perder los 6.000 puntos a media sesión. Al cierre, no obstante, la caída se suavizó al 1,10%, hasta 6.177,40 puntos, gracias a la decisión de la Comisión Nacional del Mercado de Valores de prohibir de nuevo y de manera temporal la venta al descubierto de todos los valores de la bolsa. El resto de las plazas europeas dejó caídas mayores que el Ibex, Francfort cedió un 3,18%, París un 2,89% y Londres un 2,09%. En el Ibex IAG (-4,08%), Gamesa (-3,77%), ACS (-3,67%) y Repsol (-3,63%) cerraron al frente de las pérdidas. También registraron retrocesos otros valores con peso como Telefónica (-2,05%) o Iberdrola (-2,85%). Entre los positivos, se situaron Bankia (7,61%), CaixaBank (3,97%) o Banco Sabadell (2,86%).