JJOO El fútbol madruga antes de la apertura
Londres 2012 se acerca al inicio con varios problemas aún pendientes
La llegada de miles de atletas y visitantes ocasiona las primeras dificultades en el transporte, mientras 1.200 soldados más se añaden al plan de seguridad.
Pierre GALY (AFP) | LONDRES
Los Juegos Olímpicos de Londres se inaugurarán oficialmente el próximo viernes, con la ceremonia de apertura, y las primeras finales y medallas (12) llegarán el sábado, pero la competición arrancará hoy mismo con el inicio del torneo de fútbol femenino, al que seguirá mañana el masculino.
En estas vísperas en que miles de atletas han empezado a llegar a la Villa Olímpica, junto a las primeras oleadas de visitantes, el centro de atención se ha trasladado hacia elementos organizativos, o incluso a la meteorología, que se han convertido en motivos de preocupación.
El lunes se producían los primeros colapsos en las líneas de metro y de tren relacionadas con el recinto olímpico, los primeros embotellamientos al salir a la palestra el parque de vehículos destinado a la «familia olímpica» -con su carril reservado-, y las protestas encolerizadas de los taxistas. Las autoridades repartieron folletos entre la gente sugiriendo que se desplazaran a pie por la ciudad estas semanas, asegurando que resultará «más fácil y más rápido».
En el terreno de la seguridad, tras el fracaso de la empresa privada contratada para esta tarea -que debía aportar 10.400 agentes privados a un dispositivo de más de 40.000 personas, entre policías y militares, y solo consiguió 4.200-, el Gobierno británico reaccionó destinando a varios centenares de policías y 3.500 militares más de los previstos inicialmente para cuestiones de seguridad, acudiendo incluso a repatriar unidades destinadas en Afganistán.
Ayer se anunciaba el refuerzo de 1.200 militares más, y los controles de acceso al recinto olímpico evidenciaban el rigor extremo con que se va a controlar a cada persona que pretenda asistir a los eventos deportivos.
Pero la principal preocupación que manifiestan los británicos en general, y los londinenses en particular, gira en torno a la meteorología, que ha batido récords de precipitaciones en los últimos tres meses. Aún así, las probabilidades de que llueva durante la ceremonia de apertura solo se cifran en un 20%.
Un tiempo caprichoso podría perturbar el transcurso de las competiciones al aire libre, sobre todo el atletismo. Algo pesimistas, los organizadores han encargado millares de «ponchos» para evitar que se mojen los espectadores que han comprado alguna de las 8'8 millones de entradas puestas a la venta.
¿Los Juegos de Phelps y Bolt?
Pese a todo, los 10.490 atletas inscritos sueñan ya con hacer olvidar estos problemas con sus actuaciones, y comenzar con unos Juegos que coronarán a 302 campeones olímpicos y podrían elevar definitivamente al Olimpo del deporte a Usain Bolt y Michael Phelps, cuatro años después de sus éxitos en Pekín.
Aproximadamente 410 gramos de oro, plata o bronce pesan las medallas que se colgarán alrededor del cuello los gloriosos ganadores hasta el 12 de agosto, todas ellas con la misma apariencia exterior, aunque no necesariamente el mismo significado, porque en esta quincena olímpica Phelps, de 27 años, y Bolt, de 25, podrían situarse entre los gigantes del deporte.
El nadador estadounidense, poseedor ya de 16 medallas (8 de ellas de oro en Pekín 2008), podría igualar, o superar, el récord de la gimnasta rusa Larissa Latynina (18 entre 1956 y 1964).
Bolt, que logró un extraordinario triplete en 2008 (100, 200 y 4x100), igual que Carl Lewis en 1984 en Los Ángeles, podría superar a «King Carl» si repite una actuación similar a partir del 5 de agosto en Londres.
Pero, para lograr tales hazañas, Phelps y Bolt deberán superar primero a sus propios «enemigos interiores». Entre los nadadores estadounidenses, Ryan Lochte ha aprovechado el alejamiento de la piscina de Phelps después de los Juegos Olímpicos de Pekín para alimentar sus ambiciones, hasta el regreso del «maestro» Phelps, ganador en el balance de sus enfrentamientos directos en los Trials para la selección de Estados Unidos, en julio (2-1).
La brecha también es tenue en el caso de los velocistas jamaicanos, y Yohan Blake abordará el gran momento de los Juegos, la final de 100 metros el 5 de agosto, con la mejor marca mundial del año en el bolsillo (9.75), a 17 centésimas del récord mundial en poder de... Bolt, desde el Mundial-2009 en Berlín.
Natación y Atletismo estarán, como es costumbre, distribuidas entre la primera y la segunda semana de los Juegos, y los dos duelos ya citados -aunque acapararán buena parte de la atención- también dejarán espacio para otras figuras.
Además de Phelps y Lochte, la piscina del Centro Acuático debería disfrutar también con las actuaciones del australiano James Magnussen o el francés Yannick Agnel, que sueñan con romper el orden establecido. En la pista del Estadio Olímpico, la «zarina» Yelena Isinbayeva debería continuar brillando en la pértiga femenina, como el keniano David Rudisha en los 800, o el etíope Kenenisa Bekele -doble campeón en 5000 y 10.000 en Pekin-, clasificado solamente para los 10.000 en Londres.
Organizados en Gran Bretaña, estos Juegos también deberían poner bajo los focos el ciclismo en pista -tras la exhibición de los representantes británicos en Pekín- y también en carretera, pocos días después de la victoria de Bradley Wiggins en el Tour. Sin olvidar el lugar especial que ocupan tradicionalmente las competiciones de equitación en Gran Bretaña, en las cuales participará Zara Phillips, nieta de la reina Isabel II.
El «Dream Team 2» estadounidense de baloncesto, a pesar de las ausencias de Dwyane Wade y Derrick Rose, también será una de las atracciones inevitables. Al igual que la italiana Valentina Vezzali, que buscará su cuarto título olímpico en florete, un objetivo que hasta la fecha solo han conseguido dos atletas en la historia de los Juegos -lograr cuatro títulos olímpicos en la misma prueba-: Carl Lewis en salto de longitud y Al Oerter en lanzamiento de disco.