Comienza en Brasil el mayor juicio por corrupción de su historia
El juicio contra 38 personas vinculadas a un escándalo de sobornos en el Parlamento y de financiación ilegal de campañas que sacudió en 2005 al Gobierno de Da Silva arrancó ayer en el Tribunal Supremo de Brasil. Miembros de aquel Ejecutivo se enfrentan hasta a 12 años de cárcel.
GARA | BRASILIA
El Tribunal Supremo de Brasil dio inicio ayer al considerado «juicio del siglo», en el que tres exministros y otros 35 políticos y empresarios deberán responder por escándalos que en 2005 pusieron en jaque al Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, relacionados con compra de votos en el Parlamento y con financiación ilegal de campañas electorales.
Entre los procesados hay miembros del Partido de los Trabajadores (PT) y otras cuatro formaciones de la actual coalición de Gobierno, heredada por la presidenta, Dilma Rousseff, de Da Silva. Se trata del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el Partido Progresista (PP), el Partido Laborista Brasileño (PTB) y el Partido de la República (PR), creado en 2006 tras la desaparición del Partido Liberal (PL), uno de los más implicados en la trama.
El proceso ha sido calificado por juristas y analistas políticos como «el mayor juicio por corrupción» de la historia del país, tanto por el número de acusados -en un principio 40, ahora 38- como por el relieve de muchos de ellos, entre los que figuran varios antiguos y fieles «escuderos» de Da Silva.
El PT negó la existencia de cualquier esquema de compra de votos parlamentarios. Pero Carlos Pereira, especialista de la Fundación Getulio Vargas de Río de Janeiro, dijo que existen «pruebas muy claras» y el veredicto será importante para el futuro de Brasil.
Los principales implicados son José Dirceu, exministro de la Presidencia y Delúbio Soares y José Genoino, extesorero y expresidente del PT Delúbio Soares y José Genoino, respectivamente. También hay otros dos exministros, varios exdiputados de partidos de la coalición que apoyó a Da Silva en su primer mandato, antiguos dirigentes bancarios y empresarios.
Los cargos imputados van desde corrupción a lavado de dinero, algunos con penas de hasta 12 años de prisión.
Casi todos los acusados se declaran inocentes. No obstante, Soares asumió su resposabilidad por distribuir recursos considerados ilícitos a políticos aliados al Gobierno, negando que fuese para compara votos.
El escándalo fue destapado por el exdiputado Roberto Jefferson, otro de los acusados y actual presidente del Partido Laborista Brasileño (PTL), quien en junio de 2005 afirmó que el PT había pagado 1,3 millones de euros por el apoyo de esa formación al Ejecutivo.
El Supremo calcula que el juicio necesitará al menos quince sesiones y la sentencia se prevé para mediados del próximo mes de setiembre.
Aunque la imagen de Lula da Silva puede verse salpicada por el juicio, los analistas dudan que le ocurra lo mismo a la actual presidenta, ya que, ninguno de los acusados integró su Gobierno y Rousseff realizó una «limpieza» aceptando la renuncia de siete ministros por denuncias de corrupción. Dicen que podría incluso reforzar su imagen.