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Antonio ÁLVAREZ-SOLÍS | Periodista

La exquisita banalidad

El marroquí Ramzi Boukhiam, surfista de 18 años que se proclamó campeón del circuito europeo junior hace dos semanas, se impuso en el San Miguel Pro de Zarautz.

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En España suponen un peligro muy grave para la sociedad los jóvenes pijos, los caballeros presuntuosos, los políticos vanos. En países maduros, con sólidas reservas intelectuales, este tipo de ciudadanos henchidos de humo generalmente cursi existen también, pero viven en el suburbio de la sociedad brillante y no intervienen en la mecánica del Estado. Son gente que divierte al personal. Nada más. Pero en España los pijos suelen acabar de ministros, empresarios, incluso embajadores. El resultado es que entorpecen cualquier progreso colectivo. Por ejemplo, el Sr. González Pons, vicesecretario de Estudios y Programas del Partido Popular, como si el PP poseyera ambas cosas. Pero hay muchos más.

Hoy me interesa este caballero porque ha dicho algo tan jactancioso que hiere la sensibilidad del ciudadano menos dotado cerebralmente. El Sr. González Pons ha avanzado que si alguien como Sánchez Gordillo llegara a presidente, supongo que del Gobierno, el «se exiliaría» ¡Como si fuese tan fácil exiliarse de este desgraciado país! Algo así suelen hacerlo los españoles ricos que conocen los mejores hoteles de París o Londres. No les acuso de traidores a la patria, que conste, porque su exilio reportaría grandes bienes a España, al menos si durara.

Lo que sí deseo destacar es que una frase así supone un arrogante desprecio para los que no pueden pagarse ni el Metro para trasladarse a otro barrio de su ciudad. Yo mismo estoy encerrado en el zulo de Madrid sin poder irme a lugares tan cercanos como Euskadi o Catalunya. El Sr. González Pons debiera respetar a «recortados» como yo y no acentuar su invalidez social. Uno es español «low cost», pero en el fondo padece dolorosos orgasmos nórdicos.

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