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triunfo independentista en quebec

Del móvil unionista a la enajenación

Un varón de 62 años entró a tiros en la sala donde los independentistas celebraban su triunfo. Al grito de «los anglos está despertando» y «vais a pagar con la misma moneda», mató a tiros a un hombre e hirió a otro. ¿Unionista, enajenado, o ambas cosas?

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Michel VIATTEAU | France Presse

Es cerca de medianoche. Dos hombres de negro, agentes policiales de Quebec, saltan sobre el escenario de la sala de conciertos Metrópolis, tomando a Pauline Marois por el brazo y llevándola tras las bambalinas.

Los asistentes dudan. «¿Qué esta pasando?», pregunta uno al que tiene al lado. «Ni idea», le contesta.

Los periodistas se agitan, Los presentadores de TV se ponen delante de sus cámaras para retomar el directo. Los fotógrafos buscan las salidas de incendios. Una humareda blanca se eleva desde un callejón aledaño. Los policías corren, con las armas en la mano. «¡Cierra eso!», grita un agente.

La confusión es total. Un rumor comienza a propagarse en la sala. Un responsable del Partido Quebecois enseña su portátil: un hombre ha disparado varios tiros y ha intentado quemar el local. «Ha sido un «¡bang, bang!», cuenta Claude Dubois, vecino de Montreal. «Yo estaba en el primer piso y nadie pudo disparar desde fuera».

Un hombre murió en el acto. Se trata de un técnico de 48 años que trabajaba para Solotechm una empresa encargada de la sonorización de la sala. Era padre de un niño de 3 años, informó su sobrino, Sébastien Bourgeault, en la cadena privada TVA.

Otro hombre de 27 años resultó herido de gravedad en el tiroteo pero fue salvado y conducido al interior del recinto. Su vida no corría peligro. Un testigo asegura que el arma se le encasquilló, lo que evitó una tragedia aún mayor.

El sospechoso, que intentó entrar, dio fuego a la puerta con un producto inflamable antes de ser detenido por la Policía. El mismo producto que fue descubierto en la camioneta con la que llegó al lugar.

Thomas Gerbet, un periodista de Radio-Canadá, asistió a la detención, en la calle trasera al edificio. Un hombre que parecía confuso fue placado en el suelo. «Llevaba una capucha negra muy fina y había un fusil en el suelo». Era un kalashnikov.

«¡Los anglos están despertando!»

Varios periodistas coinciden en haber escuchado al sospechoso gritar en francés con un fuerte acento inglés: «Los anglos están despertando», para añadir luego en inglés: «Os vamos a pagar con la misma moneda».

La Policía, que interrogaba al sospechoso, se limitó a señalar que se trata de un varón de 62 años que vive en Quebec, pero concretó que no reside en la región de Montreal y que portaba dos armas al ser detenido.

Los investigadores trabajaban con la hipótesis de que el objetivo del sospechoso, que fue hospitalizado tras su detención, era la líder independentista.

En la confusión, Maryse Chaussée, una joven de 22 años, señala al evacuar la sala: «Estoy convencida de que han querido matarla porque es mujer. Aquí hay gente que sigue sin estar preparada para eso».

Los asistentes no dejan de gritar «¡Pauline, Pauline!«, interrumpiendo a la flamante nueva primera ministra. Las banderas de Quebec ondean frenéticamente. La celebración independentista está en su cénit. Pero, para sorpresa de muchos, Pauline Marois es evacuada urgentemente. Un hombre ha entrado a tiros al recinto.
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