El alcalde de Iruñea, Enrique Maya, mostró su sorpresa por la polémica generada en torno al derribo de la antigua cárcel de la capital navarra, ya que, a su juicio, «era obvio» que debía echarse abajo y además esa decisión «conlleva muchas ventajas».

«Era tan obvio que había que derribar ese edificio que me sorprende que se empiece a navegar hacia atrás para empezar a pensar lo que podría haber sido», declaró Maya a los periodistas antes de una iniciar una visita guiada a la Casa Consistorial, calificando el derribo de «inaplazable».

Maya destacó que el debate sobre el futuro de la vieja cárcel ya se produjo en junio, cuando se aprobó en Pleno la partida correspondiente.

Por otra parte, el alcalde de Iruñea apeló «al sentido común de todos, pero sobre todo del PSN», en relación al proyecto de Donapea, por el que se entregarán nuevos terrenos a la Universidad del Opus para construir tres centros de investigación.

«No se entiende que todavía estemos discutiendo en torno a un proyecto que supone una inversión de más de 200 millones de euros y casi 500 puestos de trabajo en un momento como el que estamos», destacó Maya.

«Ya sé cómo lo ven NaBai y Bildu aunque no les entiendo, pero espero que el PSN mantenga el sentido común que llevó en su momento a su secretario general a apoyar esta operación», añadió el alcalde de Iruñea.

Reunión con Maroto

Maya se reunió ayer con el alcalde de Gasteiz, Javier Maroto, para analizar la situación de ambos consistorios. Asimismo, analizaron también la modernización y agilización de trámites administrativos y las tareas de rehabilitación llevadas a cabo por los dos ayuntamientos.

El encuentro con Maroto se enmarca en la ronda que Maya está manteniendo con otros alcaldes, como la primera edil de Logroño, Cuca Gamarra, y el de Bilbo, Iñaki Azkuna.