«El río que era un hombre» se llevó el Premio Kutxa de Nuevos Realizadores
M. I. | DONOSTIA
Quienes siguieron la sección Zabaltegi Nuevos Realizadores se sintieron sorprendidos al conocer que el Premio del Jurado iba para la película alemana de Jan Zabeil «El río que era un hombre». Pero algo había, porque ha sido premiada en cuantos festivales internacionales ha ido participando, y, lo que es más importante, cuenta con la bendición de Werner Herzog, quien la considera la mejor creación reciente que ha dado el cine alemán. No podía ser de otra forma, porque conecta con el cine visionario del autor de «Agirre, la cólera de dios», sólo que de forma más arriesgada, sacrificando lo narrativo en aras de la experimentación sensorial. Crea inquietud manejando sobretodo los sonidos, ya que para un occidental el ruido nocturno en la selva africana es lo más aterrador que pueda haber. Junto con las imágenes envolventes, que a menudo parecen fruto de las alucinaciones del protagonista, la película busca un efecto hipnótico.
También se da el choque cultural con la población nativa, cifrado en una interpretación espiritual que escapa al viajero perdido, papel asumido por el actor Alexander Fehling, visto en «Malditos bastardos» de Quentin Tarantino. La película se rodó en Botswana, aunque en ningún momento se hace referencia alguna a la ubicación concreta.