Clinton pide más tiempo para que Obama repare el daño «heredado»
El presidente de EEUU, Barack Obama, fue nominado candidato a la reelección por el último demócrata que ocupó su cargo, el exmandatario Bill Clinton, que pronunció un deci- dido alegato sobre los logros de su mandato y el potencial que le queda por desplegar. En un apasionado y largo discurso dejó claro que cree en Obama.
David BROOKS («LA JORNADA») |
Le aplaudieron frenéticamente, bebiendo cada una de sus palabras y riéndose de sus bromas: el expresidente Bill Clinton, superestrella de la Convención Nacional Demócrata reunida en Charlotte, triunfó el miércoles ante 15.000 demócratas extasiados.
Clinton fue la estrella de este espectáculo político, pero su presencia constata la preocupación y urgencia de la campaña de Barack Obama y su necesidad de recurrir a la figura nacional más popular del Partido Demócrata. Clinton fue invitado por el propio Obama para presentar su nominación ante la Convención, algo que fue interpretado como una decisión que se tomó tras considerarla absolutamente necesaria porque aunque no son enemigos y se han acercado en los últimos dos años, ningún presidente desea tener cerca la sombra de un antecesor, sobre todo si es más popular.
Obama llegó a la sede de la Convención para escuchar el discurso de Clinton e hizo su primera aparición subiendo al escenario para abrazarle en medio del júbilo de sus seguidores.
Clinton enardeció con su famoso talento retórico a los más de 22.000 asistentes. «La pregunta más importante es: ¿en qué tipo de país quieres vivir? Si deseas una sociedad de `sálvate-a-ti-mismo', el ganador se queda con todo, deberías apoyar la fórmula republicana. Si quieres un país de prosperidad y responsabilidad compartidas -de todos estamos juntos en esto- deberías votar por Barack Obama y Joe Biden», sostuvo.
«Si deseas un futuro de prosperidad compartida, donde el sueño americano está vivo y donde EEUU permanece como la fuerza primaria para la paz y la prosperidad en un mundo altamente competitivo, deberías de votar por Barack Obama», agregó.
Elogios a la política económica
Elogió su política económica que, según dijo, «promueve la oportunidad igualitaria y el empoderamiento económico» porque «la discriminación, la pobreza y la ignorancia restringen el crecimiento, mientras las inversiones en educación, infraestructuras e investigación científica y tecnológica lo incremen- tan, creando más empleos y riqueza para todos».
Enumeró los logros conseguidos durante su primer mandato, como la reforma de salud, las políticas económicas para la clase media, los préstamos estudiantiles para facilitar el acceso a la Universidad y la suspensión de las deportaciones de estudiantes indocumentados y los comparó con lo que han hecho los republicanos. Y argumentó que nadie, ni él mismo, podría haber reparado el daño que heredó Obama al llegar a la Casa Blanca en sólo cuatro años.
En un discurso dirigido sobre todo a esos sectores de la clase media desilusionada argumentó que Obama merece ser reelegido porque «heredó una economía profundamente dañada, frenó el desplome, empezó por el difícil camino hacia la recuperación y sentó las bases para crear una nueva economía para el sueño americano» guiada por «la innovación y la creatividad, la educación y la cooperación».
El desfile de oradores -sindi- calistas sobre derechos laborales y sindicales, legisladores afroestadounidenses sobre derechos civiles, jóvenes dreamers («sin papeles» que han luchado contra las deportaciones y la división familiar) sobre la reforma migratoria y hasta una monja sobre la reforma sanitaria- siguió cumpliendo con la tarea de generar entusiasmo y proyectar el mensaje sobre por qué Obama debería ser reelegido.
Todos hablaron de sus luchas y todos concluyeron proclamando la necesidad de reelegir a Obama porque «está de nuestro lado» y para detener a los republicanos y su agenda.
Movilizar a los desencantados
Estos mensajes tienen el propósito de movilizar a las diversas bases de este partido y a los electores que impulsaron el triunfo de Obama en 2008, muchos de ellos desencantados con las promesas incumplidas del presidente, pero que no ven otra salida que apoyar al candidato demócrata ante una realidad política donde las encuestas registran un empate técnico. Y es que no hay otra opción política electoral para ellos en este país.
Para los latinos, la desilusión tiene que ver con la ausencia de una reforma migratoria y una crisis que los ha golpeado de manera severa; para los antiguerra, en que continúan las acciones bélicas de este Gobierno, ahora en más puntos del planeta, y los ambientalistas ven concesiones en torno al control de las industrias energéticas y poca acción contra el cambio climático. Todos están en Charlotte y todos dicen que urge reelegir a Obama ante la amenaza republicana, pero no tienen muchos argumentos que dar a su favor.
«¿Estamos donde queremos estar? No. ¿Está satisfecho el presidente? No. ¿Estamos mejor ahora que cuando asumió el puesto, con la economía en caída libre, perdiendo 750.000 empleos al mes? Sí», afirmó Clinton.
La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, siguió el miércoles el discurso en la Convención Demócrata de su marido, que consideró «genial», por internet desde Timor Oriental, donde se encuentra de gira.
El Partido Demócrata enmendó su plataforma de Convención después de que Barack Obama exigiera una mención a Dios y declarar Jerusalén como capital de Israel, tras las críticas de los republicanos a esos puntos y en una decisión que provocó abucheos en el evento para nominar al candidato demócrata a la Presidencia.
La incredulidad y disgusto reinantes, los abucheos de algunos de los miles de delegados y el empate en el resultado hicieron que tuviera que repetirse tres veces la votación sobre la modificación de la plataforma, aprobada la víspera. Los indignados gritos aumentaron cuando el presidente del evento, el alcalde de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa, anunció que los cambios se habían aprobado pese a las objeciones de numerosos delegados.
Aunque el texto es un documento político que no dicta la política del Gobierno, el espisodio reveló tensiones en el partido relativas a Israel y dio una pésima imagen hacia el exterior.
El portal de noticias estadounidense Político informó de que el propio Obama ordenó personalmente los cambios y que reaccionó con sorpresa al hecho de que la primera versión aprobada no mencionara a Dios.
Así, el partido incluyó los párrafos de la plataforma de 2008 que dicen que el país necesita un Gobierno «que dé a todos los que quieran trabajar duro la posibilidad de desarrollar al máximo el potencial que les dio Dios» y que Jerusalén «es y será la capital de Israel», cuando los palestinos también la consideran su capital. Gobiernos republicanos y demócratas, incluido el del Obama, han venido manteniendo que el estatus final de la ciudad deberá ser objeto de negociación, algo que el portavoz de la Casa Blanca reiteró horas antes de la modificación. GARA
