Obama encuentra en Romney su mejor baza
El candidato del Partido Republicano a la Presidencia de Estados Unidos, Mitt Romney, se encuentra inmerso en una atropellada carrera de comparecencias, ruedas de prensa y apariciones televisivas con el objetivo de apagar el fuego que él mismo prendió hace meses y que amenaza ahora con reducir a cenizas su campaña. La difusión de un vídeo grabado durante un acto electoral en el que mostraba abiertamente su desprecio hacia el 47% de la población que, según él, vive de las subvenciones públicas, ha dejado tocado al empresario metido a político.
Como disculpa, el exgobernador de Massachusetts puede argumentar que solo sigue el ejemplo del anterior presidente republicano, George W. Bush, experto en deslices, lapsus y equivocaciones, pero lo cierto es que su rival, atosigado por los malos datos económicos, no podía haber diseñado una estrategia mejor. Puede decirse que Barack Obama ha encontrado en su contrincante la principal baza para despertar a su electorado. Las encuestas, favorables a los demócratas desde la convención de Charlotte, parecen asentarse, también en la docena de estados considerados clave.
Con todo, lo más llamativo -y preocupante- de este episodio es que, como el propio Romney ha destacado, han sido las formas las causantes de tanto revuelo. Porque en el fondo, el programa y el ideario del Partido Republicano son los que apuntaba su candidato en la ya famosa cena organizada para recaudar fondos, a la que asistieron importantes hombres de negocios tras pagar 50.000 dólares por cabeza. Desgraciadamente, la insolidaridad y el individualismo son ley en un sistema en el que, bajo una administración u otra, millones de personas sufren para salir adelante. Gente excluida por un modelo que no penaliza las ideas del multimillonario presidenciable, sino la cruel exposición de las mismas. Por eso, a pesar del patinazo, y porque la memoria es muy frágil y el tiempo matiza los sentimientos, aun es pronto para dar por decididos los comicios.