Mikel INSAUSTI

La paranoia que Philip K. Dick quería transmitir en sus relatos de ciencia-ficción, la sufre ahora el espectador de las peores adaptaciones cinematográficas que se hacen de sus libros. Esperemos que con este innecesario y prescindible remake de «Desafío total» se haya tocado fondo definitivamente, porque el juez soberano que es el público ha dictado sentencia en contra de la película. La recaudación en taquilla no está yendo como corresponde a una superproducción que ha costado 125 desperdiciados millones de dólares. La culpa la tienen quienes ponen semejante presupuesto en manos de un realizador tan segundón como Len Wiseman, quien encima siempre enchufa a su mujer Kate Beckinsale en los repartos.

La falta de miramientos al hacer la crítica de «Total Recall» se debe a que, al igual que otros tantos espectadores, me he sentido estafado. La engañosa publicidad puntualiza que no se trata de un remake de la adaptación previa que en 1.990 hizo Paul Verhoeven, sino de una reinterpretación del texto original de Philip K. Dick «Podemos recordarlo por usted al por mayor». Es rigurosamente falso, empezando por la evidencia de que conservan el título de la película, y no el del relato corto. La nueva versión está plagada además de guiños al guión que hace 22 años escribieron, entre otros, Dan O'Bannon y un David Cronenberg no acreditado. Tales referencias, en la mayoría de los casos, están metidas con calzador y no encajan en una trama que únicamente sirve de excusa para las escenas de acción desarrolladas a la manera de las pantallas de los videojuegos.

Como Len Wiseman carece del más mínimo sentido de la narración, se esconde tras el costoso despliegue visual y ambiental. Pero tampoco se muestra personal en dicho apartado, plagiando a «Blade Runner», «El quinto elemento», «Matrix», «Origen», «Metropolis», «Minority Report», «Yo, robot» o la saga «Bourne». La única idea que se puede catalogar de original, y que probablemente proceda del libreto inicial escrito por Kurt Wimmer, es la de la conexión entre los dos centros de población futuros por un ascensor que atraviesa el núcleo de la tierra.