Golpes por todo el cuerpo, amenazas, humillaciones y una autoinculpación que los imputados tenían que aprender de memoria. Este fue el común denominador del relato de los cinco procesados que declararon ayer en el juicio que se sigue contra diez jóvenes de Hernani y Urnieta en la Audiencia Nacional española. Al igual que hicieron sus compañeros la víspera, Aitzol Arrieta, Mikel García, Ekhi Oñate, Egoitz Balerdi y Asier Olano negaron ser miembros de Segi o participar en actos de kale borroka, tal y como sostiene la Fiscalía. En algunos casos, llegaron a demostrar cómo se encontraban a decenas de kilómetros del lugar de los hechos. Ninguno ratificó ante Baltasar Garzón lo firmado durante el periodo en el que se encontraban incomunicados. Pese a ello, el fiscal mantiene una petición de entre 7 y 9 años de cárcel bajo la acusación de «pertenencia a organización terrorista».

«Me dijeron que a mi madre, estaba en el hospital, le había jodido la vida», recordó, con la voz quebrada, Ekhi Oñate. Esto ocurrió en el trayecto entre Donostia y Madrid. Según relató, llevaba varias horas con un antifaz, sin saber dónde se encontraba y había sido golpeado en el interior de un servicio para minusválidos. No contó nada a la forense porque escuchaba a los policías en la habitación contigua. La puerta estaba entreabierta y «tenía miedo». Incluso su declaración policial la tomó el mismo agente presente durante los interrogatorios. Finalmente, negó todo ante Garzón.

Perdió el conocimiento

Aitzol Arrieta también denunció haber sido golpeado desde el inicio de la detención. «Solo me dejaron cuando les dije lo que querían escuchar», indicó al tribunal, presidido por Ángela Murillo. Aunque la acusación no le vincula con ningún acto en concreto, sí que aparece su nombre relacionado con uno que desembocó en incidentes y que ocurrió en Hernani el 25 de octubre de 2009. En esa fecha Arrieta se encontraba jugando a baloncesto, tal y como certificó el acta presentada.

Por su parte, Mikel García relató que llegó a perder el conocimiento después de que le aplicasen «la bolsa», por lo que tuvo que ser hospitalizado. Egoitz Balerdi relató haber sufrido continuas burlas y humillaciones, así como golpes. Finalmente, indicó haber sido torturado y que los policías le obligaron a aprender de memoria la declaración durante el trayecto a Madrid.

Está previsto que el juicio continúe hoy. Será el turno de pruebas testificales.