CATALUNYA SE JUEGA SU FUTURO
Rajoy dice no al pacto fiscal y obliga a Mas a definirse
La reunión de hoy estará totalmente condicionada por la presión ambiental. Al presidente español le influye su ideología y las apreturas económicas, que hacen inviable el pacto fiscal; a Mas, la sociedad catalana, que de viva voz le ha pedido que dé pasos hacia la independencia
Beñat ZALDUA | BARCELONA
«No estoy de acuerdo con el concierto económico que ustedes plantean». Así de contundente se mostró el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, 24 horas antes de recibir en la Moncloa al president del Govern, Artur Mas, para negociar, supuestamente, la propuesta de pacto fiscal aprobada por el Parlament a principios de verano. Todo indica, por lo tanto, que lejos de negociar los términos de la propuesta catalana, la reunión servirá para escenificar la ruptura entre ambos gobiernos -Mas no comparecerá ante los medios en la Moncloa- y abrir la puerta, definitivamente, al nuevo escenario inaugurado tras la histórica manifestación del pasado 11 de setiembre.
Rajoy admitió en la sesión de control al Gobierno que la financiación catalana «puede mejorarse», pero volvió a escudarse en la crisis económica para apelar a la responsabilidad y señalar que no es momento de generar más «inestabilidad». Pero fue en respuesta a la diputada de UPyD Rosa Díez -que un día más pidió directamente la disolución de la autonomía catalana-, cuando Rajoy mostró su discurso más amenazador, al señalar que su respuesta a los reclamos independentistas de Catalunya serán «la Constitución y las leyes». El presidente también criticó el giro soberanista de Mas y le reprochó el haberse visto «arrastrado» por el independentismo mostrado por los catalanes en la Diada.
Pero esta por ver si Mas se ha visto realmente arrastrado por la marea independentista. Adelantándose -igual que Rajoy- al previsible fracaso de la reunión de hoy, Mas reunió ayer a los presidentes de las cuatro diputaciones catalanas para firmar un convenio de colaboración en materia tributaria, presentando el acuerdo como el primer paso hacia una hacienda propia. Mas ligó el convenio con su discurso del día después de la Diada, al presentarlo como un paso en el objetivo de construir «estructuras de Estado» y señaló que intentará construir la hacienda propia «por la vía del pacto y el acuerdo», pero sin olvidar que «Catalunya tiene que hacer el camino». Un día más, insistió en que «Catalunya no puede renunciar a su futuro», sin especificar, esta vez tampoco, a qué futuro se refiere el president.
Sin explicitarlo, Mas recupera de esta manera una de las opciones que se barajaban antes de la Diada y que la masiva manifestación independentista había relegado a un segundo plano: la creación unilateral de una hacienda propia si se cerrase la puerta al pacto fiscal. Algo que, al mismo tiempo, podría frenar la necesidad de Mas de dar respuesta al reclamo independentista expresado en las últimas dos semanas por la sociedad catalana. Las respuestas, a partir de hoy.
«Territorio catalán libre»
Tras las manifestaciones del 11 de setiembre, la presión independentista se ha trasladado a los municipios, varios de los cuales se han declarado «territorio catalán libre», siguiendo la estela de la moción aprobada el 3 de setiembre por el Ayuntamiento de San Pere de Torelló (Barcelona). Más de una decena se ha sumado ya a la iniciativa que pide al Parlament iniciar el proceso de independencia, entre los que destacan dos capitales de comarca: Vic (Barcelona) y Tortosa (Tarragona). En la primera, la moción pactada por CUP, ERC, ICV y SI recibió el apoyo de CiU y de su alcalde, el también presidente de la Associació de Municipis per la Independència, Josep Maria Vila d'Abadal -que para otras cosas no duda en pactar con la xenófoba Plataforma per Catalunya-.
Pero en otros casos, como en Santa Coloma de Farners (Girona), ha sido el propio grupo municipal de CiU, al frente del Ayuntamiento, el que ha tumbado una moción similar, reflejo miniaturizado de los debates sin resolver que existen en el seno de la federación que gobierna Catalunya.
El embajador de los EEUU, Alex Salomont, pidió ayer a Mas que priorice la estabilidad, al tiempo que reconocía que «los negocios, incluidos los estadounidenses, están preocupados por las tensiones que hay».