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CRÓNICA | presentación de «el tiempo de las luces»

Otegi llena «el arsenal de la seducción y la convicción» con 55o reflexiones

Desde esta mañana está en los kioskos «El tiempo de las luces», presentado ayer en Donostia. En su celda y armado con un bolígrafo, Arnaldo Otegi ha engrosado con 250 páginas y 550 respuestas lo que denomina como «el arsenal de la seducción y la convicción, que es lo fundamental en la paz». Llega con afán didáctico y en un momento clave, según destacaron Fermin Munarriz, Iñaki Soto y Rufi Etxeberria.

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Ramón SOLA I

Fue una presentación peculiar, porque el libro obligadamente también lo es. Ante todo porque faltaba el protagonista, Arnaldo Otegi, encerrado en una celda de la prisión de Logroño precisamente por hacer política, y que por tanto ayer no pudo contestar en directo a los asistentes a la salida a la calle de ``El tiempo de las luces''. El propio título conlleva también sus paradojas, dado que la luz nace de la oscuridad de la prisión y la palabra brota de un líder político al que se intenta acallar. Y Rufi Etxeberria -compañero de lucha, complemento y continuador de la labor de Arnaldo Otegi- añadió otra curiosidad al recordar que en un par de semanas se cumplirán tres años del último encarcelamiento de Otegi pero que, sin embargo, «el reloj no se ha parado, para nadie». Al contrario, como subrayó el autor de la entrevista, Fermin Munarriz, 2011 fue un año políticamente más vertiginoso que ninguno.

Con todas estas peculiaridades nace el libro-entrevista que hoy pone a la venta GARA, y en el que los tres intervinientes en la presentación de ayer advierten un mismo valor. Iñaki Soto, director de este periódico, coincidió con Munarriz y Etxeberria en que se trata de un trabajo muy didáctico y que revela las claves de los últimos años, del momento actual y del futuro. «Aparece una fotografía completa, pero en ningún caso estática», apuntó Rufi Etxeberria.

Pero quizás sea el propio Arnaldo Otegi quien mejor explique esta intención. En una de las preguntas de Munarriz -550 en total a lo largo de diecisiete entrevistas por cuestionario-, el líder independentista preso destaca que «en la guerra los arsenales son para la destrucción», pero en cambio «en la paz lo fundamental son los arsenales para la seducción y la convicción». El periodista autor del libro, desde el conocimiento labrado en esta casi interminable correspondencia, destacaba ayer «el convencimiento de Otegi de que los dirigentes políticos deben hacer pedagogía, porque solo logrando la implicación de la ciudadanía se hacen sólidos los procesos». En resumen, parafraseando de nuevo a Arnaldo Otegi, «no se trata de vencer, sino de convencer».

En este contexto, Etxeberria mandó a su compañero encarcelado un mensaje de satisfacción agradecida por el trabajo y sus resultados. Le explicó, de tú a tú, que la ciudadanía está sintonizando con los abertzales de izquierdas más que nunca. Y añadió un guiño a Otegi jugando con una de las frases preferidas del político encarcelado: «Irribarrearen Euskal Herria irabaziko diagu!»

La prisión

A la presentación celebrada en Donostia acudieron muchos representantes políticos, como Laura Mintegi y Xabier Isasi, cabezas de lista de EH Bildu; una amplísima representación de Amaiur (Sabino Cuadra, Xabier MIkel Errekondo, Maite Aristegi, Rafa Larreina, Jon Iñarritu, Alberto Unamunzaga, Urko Aiartza...); referentes de la izquierda abertzale como Joseba Permach, Pernando Barrena y Txelui Moreno; Pello Urizar y Unai Ziarreta, de EA; Rebeka Ubera y Dani Maeztu de Aralar; diferentes componentes de Ahotsak, entre ellas Gemma Zabaleta (PSE)... También se acercaron con interés personas destacadas del ámbito social vasco, como Miguel Castells, Iñaki Uria, Antxon Lafont, Mariano Ferrer, Iñaki Egaña, Joxean Agirre....

Fermin Munarriz detalló la intrahistoria del libro-entrevista, que ya por sí misma constituye un hecho noticiable en el marco europeo. Cuando GARA publicó un primer trabajo similar en 2005 (``Bihar Euskal Herria''), Arnaldo Otegi estaba en la calle, lo que ofrecía la posibilidad de comunicación instantánea, directa, con posibilidad de repreguntas, datos recientes, anécdotas vivas, un lenguaje fresco... Sin embargo, ahora está en prisión, lo que ha convertido esta labor en «un trabajo de muchos meses, con paciencia, a veces exasperante... pero que ha merecido la pena». Añadió que se ha optado por dejar la conversación intacta, sin retoques, aunque inevitablemente el conjunto pueda resultar más «frío», con el objetivo expreso de reflejar la excepcionalidad de la situación de Otegi.

Por cierto, Iñaki Soto aportó aquí un dato más que significativo: desde aquel `'Bihar Euskal Herria'' han pasado siete años, y de ellos Otegi ha estado preso casi cuatro y medio. Sin embargo, en los dos y medio restantes ha sido capaz de liderar primero un proceso de negociación que terminó frustrándose y después un giro estratégico en la izquierda abertzale que ha cambiado toda la situación política.

Munarriz recordó que Otegi fue encarcelado justo antes, durante y después de este último proceso negociador. Pero, sin embargo, una de sus virtudes es «ver oportunidades donde otros solo ven crisis». En uno de los párrafos de ``El tiempo de las luces'', Otegi reconoce que la cárcel le sirve a un dirigente político para «rescatarte de la dictadura de las prisas y la inmediatez», y que fue ahí donde maduró una reflexión sobre la estrategia de la izquierda abertzale que se completó luego con múltiples conversaciones a su salida en verano de 2008. El resto es historia que se va haciendo: el debate interno, ``Zutik Euskal Herria'', Gernika, Bildu, Aiete, el cese definitivo de la lucha armada..

Etxeberria remarcó que las ideas y el impulso de Otegi han sido fundamentales en todo ello y destacó que en este libro no solo aparece «el portavoz de la izquierda abertzale» para lanzar las ideas de este sector político, sino también «el dirigente con capacidad de crear», en la medida en que inserta otras convicciones propias y personales.

A la prisión aludió también el veterano periodista Antonio Alvarez Solís en un mensaje remitido desde Madrid y leído en el acto: «Hace muchos años llegué a la conclusión de que la verdadera libertad de los pueblos siempre sale de las cárceles. Paradoja a la vez admirable e infernal. La cárcel es el horno donde la tiranía forja a pesar suyo al dirigente honesto y los cambios auténticamente revolucionarios que ese dirigente encarna».

En suma, un libro excepcional por sus circunstancias, profundo por su contenido y con un interés añadido por el momento en que llega, según recalcó Etxeberria. «Será muy valioso para avanzar», auguró. Servirá seguro para comprender muchas claves que puedan haber pasado desapercibidas en la vorágine de los acontecimientos y la cascada de declaraciones políticas. Y quizás incluso para «tender puentes» frente al «muro de la sordera» de los estados, añadió Munarriz, aunque matizó que Otegi habla sobre todo para su pueblo, el vasco, y para la comunidad internacional.

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