Ibiliz Ibili | Juan Mari Feliu
Ahargo, la fuente de inspiración de los bardos de Barkoxe
Apesar de que se sitúa a medio camino entre dos ciudades importantes como Maule y Oloron, Barkoxe se encuentra como una isla perdida entre montañas cubiertas de bosques o tapizadas de praderas, de paisajes idílicos de postal. Barkoxe tiene su seña de identidad, como la mayoría de los pueblos de Zuberoa, en las pintorescas pastorales y maskaradas; y ha sido la cuna de Etxaun, uno de los más grandes poetas suletinos, que nació en la casa «Etchahunia».
Agustin Pierre Topet «Etxaun» (1786-1862) fue un personaje controvertido, con una historia tumultuosa. Acusado de un crimen pasional, fue encarcelado y luego desterrado. Viajó a Santiago de Compostela y Roma, para regresar a Zuberoa, instalándose en Santa Grazi como pastor. No vio publicados sus versos en vida, ya que su familia quemó los cuadernos en los que había escrito, pero gracias a la tradición oral ha permanecido en la memoria popular. De esta época pervive una riquísima tradición musical con melodías como: Izan nuku Erroman, Ian naiz Barkhoxen o Ahargo eta Kanbillu, clásicas ya en el cancionero vasco.
El recorrido se inicia en el área de recreo, volviendo a la carretera, donde un panel del sendero nos indica el itinerario que nos llevará entre maizales, huertas y caseríos hasta la carretera que cruza el burgo de Barkoxe. Pasado un puente subiremos a la colina donde se encuentra la plaza, la Herriko Etxea, la iglesia y el frontón, el hotel-restaurante Xilo y varias tiendas de alimentación. El itinerario continúa por la carretera de Oloron, que abandonaremos en el primer desvío situado a la izquierda.
Un carretil nos llevará a la parte alta del pueblo donde hay una casa solitaria. Aquí dejaremos el asfalto para penetrar a la izquierda en el bosque por una pista de tierra, que nos llevará suavemente bajo un denso bosque de especies autóctonas. Las marcas amarillas nos situarán ante una parrilla canadiense, donde saldremos del bosque.
Poco más arriba la pendiente se estabiliza, mientras el bosque se aclara, lo que permite ver el conjunto de Barkoxe en el fondo del valle. Tras ganar una nueva pendiente saldremos definitivamente del bosque, bajo los flancos herbosos de la loma cimera de Ahargo.
Dejaremos al paso un abrevadero y una nueva parrilla canadiense. Suavemente nos situaremos en un desvío señalizado (jalón amarillo), para continuar por un sendero, donde hay un manantial-abrevadero. Continuaremos por él ganando altura suavemente por las despejadas laderas de Ahargo hasta salir en el lomo cimero, a escasos metros de la cumbre (609 m.). Una mesa panorámica, un taco cartográfico y una cruz de hierro forjado presiden esta pequeña cumbre. La panorámica se extiende desde el Midi de Bigorre en el extremo oriental hasta el macizo de Irati-Arbaila. Entre ambos extremos un sinfín de cumbres y collados que identificaremos con la ayuda de la mesa panorámica.
El itinerario continúa por la traza de un camino dibujado en el lomo herboso que nos llevará a un collado donde hay dos bordas, donde reencontramos el camino que hemos abandonado antes. Esta vía que pasa entre las dos bordas nos llevará en continuada bajada por los flancos de la montaña, a ratos bajo castaños y robles y entre helechos, hasta desembocar en una pista asfaltada que da acceso al caserío Logegarai. Tras un suave descenso finalmente saldremos a la carretera de Barkoxe a Maule, a la altura de la casa Maysonnave,
El itinerario continúa unos cien metros por la izquierda hasta unos contenedores de basuras, donde abandonaremos la carretera que baja hacia Barkoxe para seguir un carretil que pierde altura por el interior del bosque, hasta situarnos a altura de un caserío, donde abandonamos el bosque. Del asfalto se pasa al pavimento de grava, y más abajo las señales nos llevarán hasta un portillo metálico que da acceso al caserío Larrasketa, con una espectacular techumbre. No hay que olvidarse de cerrar el portillo.
Le sigue un camino tapizado de hierba, perdiendo altura por terreno abierto hasta alcanzar un robledal, donde veremos a la derecha las granjas de Ürruti y más abajo la capilla del barrio Paradís. En este lugar hemos de cruzar un portillo situado a la izquierda, para seguir por un amplio camino hasta salir a una granja, donde iniciaremos la aproximación a Barkoxe por un carretil, entre campos de labor, praderas, dejando bordas, caseríos y granjas a nuestro paso, hasta alcanzar el punto de partida.