Iñigo Urkullu echó mano de Xabier Arzalluz para fijar la base de su discurso ante los miles de asistentes al Alderdi Eguna 2012. «Él nos enseñó a caminar rodeando el monte, ascendiendo hacia la cima», dijo. «Y nos enseñó latín, con su `primum vivere, deinde philosophare'. Primero vivir, luego filosofar. Cuando lo trascendente es resistir, hay que acometer con prioridad la emergencia, sin olvidar los objetivos de largo recorrido».

Cualquier referencia a Xabier Arzalluz es garantía de éxito ante la militancia jeltzale y en él se apoyó Iñigo Urkullu para afianzar su posición como presidente del EBB y ayer, sobre todo, como candidato a lehendakari. Desde el inicio de su discurso dejó claro que las próximas elecciones marcarán un hito de cara al futuro y al presente.

De futuro hablaba cuando arrancó diciendo que creía «en este país, en esta nación, en una Euskadi pujante que se mida al resto de naciones como una más. Euskadi, nación en Europa». Y añadió: «Creo en el derecho de los vascos y las vascas a decidir nuestro futuro. Creo en el futuro. Y sé que, para vivir el mañana, es necesario ganar el presente».

Ahí fue cuando Urkullu pasó del philosophare al vivere. Porque el presente «es tiempo de emergencia; que nos exige dar respuesta a los problemas prioritarios, a las urgencias de la gente». Pero no ofreció un recetario de medidas contra las causas de la crisis ni para paliar sus consecuencias. Aseguró que el PNV está cerca de quienes las padecen y junto a quienes trabajan para salir de esta situación: «Caminar juntos y ganar un nuevo futuro para Euskadi. Este es nuestro programa».

No hubo en el discurso de Urkullu ni críticas para el Gobierno de Patxi López, ni tampoco para el de Mariano Rajoy. Pero sí dedicó una parte de su intervención a ajustar cuentas con la izquierda abertzale.

«Que no nos den lecciones»

El presidente del EBB y candidato jeltzale parece tener claro quién es su rival en las próximas elecciones. «¡Ojo! -exclamó- No vamos a dejar que nadie nos dé lecciones de justicia social y tampoco que nadie nos la dé de patriotismo». Recurrió al argumento de que «cuando unos pegaban tiros, nosotros construíamos, piedra a piedra, las instituciones a las que ahora llegan».

Como ya hiciera en la presentación de su programa, Urkullu recordó las inundaciones de 1983 para demostrar que de las peores situaciones también se sale. Rememoró haber visto a Xabier Arzalluz, como uno más, en tareas de limpieza en Alonsotegi. Y ese fue el nexo de unión para citar a Arzalluz y añadir después: «Hoy reclamo las botas y la pala. El espíritu que nos movilizó en el 83 para la reconstrucción de Euskadi».

Y ese espíritu tiene un cauce muy claro para el PNV. El 83 ha sido el único año en el que el Alderdi Eguna se ha retrasado a octubre. Urkullu afirmó que «este año, como en el 83, también tendremos Alderdi Eguna en octubre. Y será el domingo 21. Vamos a ganar. Vamos a sacar Euskadi adelante».

Urkullu dio fin a la intervención como lo hace en todos sus discursos desde que arrancó la carrera electoral. Asegurando que «ese es mi compromiso. El compromiso del PNV. Y en Euskadi los compromisos se cumplen. Hitza ematen dut».