Tal y como anunciamos en el comentario previo a este festival, se ha confirmado que la cosecha cinematográfica que disfrutaremos la próxima temporada goza de una gran calidad y es que, al contrario de lo que ha ocurrido en ediciones pasadas, en las que llegaron filmes cuyo palmarés no iba acorde a su calidad, en esta ocasión el escaparate de Zabaltegi ha colocado ante nuestras retinas una selecta representación cinematográfica que hará las delicias de todo tipo de espectadores. Otro aspecto a reseñar, quizás el más positivo, es que Zabaltegi ha recuperado su status secundario dentro del Zinemaldia gracias al alto nivel exhibido en la Sección Oficial. A la hora de hacer un balance de lo que ha acontecido en Zabaltegi, merece ser subrayado el alto nivel riesgo mostrado por muchas propuestas lo que nos lleva a señalar lo injusto que resultaría que una película como «Io e te», firmada por Bernardo Bertolucci, no tenga la repercusión comercial que se merece porque son muy contadas las ocasiones en la que una película logra cautivar de manera tan sincera y cálida.

A título personal, el filme que más me ha seducido ha sido la estadounidense «The Sessions», dirigida por el cineasta de origen polaco Ben Lewin la cual, además, también se ha ganado el favor de los espectadores donostiarras lo que le ha valido el premio del Público. «The Sessions» es una comedia no exenta de riesgo que aborda la temática de iniciaciones sexuales de una manera sincera, directa y muy divertida teniendo en cuenta la base dramática sobre la que se sustenta una trama muy bien engarzada y transmitida por sus intérpretes, lo que le vaticina un futuro muy exitoso en las taquillas.

No menos arriesgada resultó la propuesta de Pablo Larraín «No», la cual acomete el no menos complejo tema del referéndum que se celebró en Chile en el año 1988. La excelente interpretación de Gael García Bernal refuerza el carácter vital y reivindicativo que emana de una propuesta dotada de un cuidado envoltorio visual y un guión que alterna la sonrisa con el drama.

De excelente podría considerarse la apuesta de los octogenarios Paolo y Vittorio Taviani -«César debe morir»- los cuales han demostrado la plena vigencia del «Julio César» de Shakespeare readecuándolo a un entorno carcelario en el que los presos han sabido captar y expresar como pocos las entrañas y sentido de aquel complot que acabó con el tirano romano. Dentro de los territorios del documental, la realización británica de Bart Layton «The imposter» vuelve a descubrirnos que cualquier realidad supera a la más inverosímil de las ficciones y únicamente deseamos que su categoría de documental no le impida ser estrenada en el circuito comercial, porque se trata de uno de los thrillers más interesantes de los últimos tiempos.

Para finalizar, nada mejor que dedicar un espacio a los filmes que se encargaron de inaugurar y clausurar Zabaltegi. «Amour» llegó avalada por la Palma de Oro que logró en Cannes y nos ha descubierto a un Michael Haneke que parece haber encontrado su equilibrio a la hora de no excederse en su discurso dramático. Tal y cabía esperar, «Amour» es un trabajo duro y sin concesiones, pero carente de excesos y reforzado por las magníficas interpretaciones de los veteranos Jean-Louis Trintignan y Emmanuelle Riva y para terminar, nada mejor que rememorar la sonrisa dibujada en whisky que nos legó el visionado de la última película del francotirador Ken Loach, «The Angerl's Share». Una comedia enmarcada en un paisaje urbano duro y agreste, pero que deja entreabierta una ventana para que se cuele la esperanza, al igual que en los tiempos que vivimos actualmente.