Raimundo Fitero
Perfecto
TVE ha decidido hacerse suyo el Zinemaldia. Por lo menos lo ha cubierto bien y el documento final con los premiados tuvo un buen rango con un excelente pulso narrativo, con los res últimos directores del evento, que fue más allá de contar el palmarés. No hay que discutir a los jurados, pero tanta obra maestra en blanco y negro parece ser un mensaje subliminal sobre el tiempo en el que vivimos. Esa vuelta al cine, la televisión y la calle muda, con policías que pegan como cuando era todo en blanco y negro, y sobre todo, en grises. A las pruebas me remito.
Cuando brillan tantas estrellas es fácil quedarse deslumbrado y que todo acabe dentro de una vorágine de autocomplacencia en la que lo que es normal parece mejor, lo bueno parece excelente, y lo adecuado, perfecto. Nos dejamos llevar por la sensaciones, y seguramente hacía falta una edición como la pasada, que era la que hacía el número 60, para reconciliarse y para tomar unas gotas de optimismo para el futuro inminente, tan poco propicio a las satisfacciones culturales. Mejor dejar una buena sensación, un palmarés atípico, pero muy equilibrado para dejar contentos a una amplia mayoría. Punto y final.
Jordi Évole nos volvió a colocar un tema importante, el presupuesto del ministerio de Defensa. Y lo hizo a su estilo, yendo a entrevistar a quienes pueden dar visiones contradictorias, pero fiables. Así desde los datos dados desde un miembro de un Instituto de estudios sobre la paz, que nos dejan anonadados por su importancia, hasta una visita con un vendedor de aviones de guerra a una feria de armamento en Polonia, que se mostró como un vendedor sin escrúpulos, pero que venía a ser la expresión de la realidad gubernamental, es decir el que no se escondía ni mentía, ni se mostraba cínico. Para terminar con un ex-ministro de Defensa con Aznar, que llegó a decir que era primordial la Defensa, mucho más que la Salud o la Educación. Évole con su sorna nos descubrió que el getxotarra Pedro Morenés, actual ministro del ramo había sido secretario de estado con Eduardo Serra, pero a su vez había sido entre ambos destinos, director general de la empresa Airbus Military . El hombre perfecto para su cargo.