EEUU alerta de las tensiones en el área de Asia-Pacífico, prioridad de su diplomacia
GARA | NUEVA YORK
Estados Unidos, que ha hecho del área Asia-Pacífico la prioridad de su política exterior, ha mostrado su alarma por el aumento de la tensión entre China y Japón y entre éstos y Corea del Sur por cuestiones de soberanía marítima. La secretaria de Estado, Hillary Clinton, exhortó el fin de semana, en el marco de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, a sus homólogos de Japón, China, Corea del Sur y los países del sudeste de Asia a que «mantengan la cabeza fría para calmar el ambiente» en sus disputas territoriales que afectan a las islas en el Mar Oriental de China, un archipiélago en el mar del Japón o la soberanía sobre el mar de China meridional.
«Los líderes asiáticos deben entender que todos estamos en el mismo barco de la globalización, Estados Unidos se está recuperando de la crisis, Europa está creciendo más lento por lo que es esencial preservar la paz y la estabilidad en Asia», indica un responsable del Departamento de Estado.
Más aún cuando Asia-Pacífico forma hoy «el pivote, la pieza maestra» del interés diplomático, militar y económico del Gobierno de Barack Obama», insiste. Recuerda que «la prosperidad de Asia se ha construido gracias a los lazos tejidos durante décadas entre Japón y China, Japón y Corea del Sur y entre China y el Asean», la Asociación de Naciones del Sudeste de Asia.
Hillary Clinton mantuvo el viernes un encuentro con los ministros japonés y surcoreano de Asuntos Exteriores, Koichiro Gemba y Kim Sung-hwan, respectivamente. Les advirtió de que «cada nación tiene la responsabilidad de arreglar sus diferencias de manera pacífica, reducir las tensiones y promover la estabilidad y la seguridad regionales». Pero en las últimas semanas, Seúl y Tokio, ambos aliados de Washington, han sacado a la superficie parte de su historia tumultuosa, en su disputa por un archipiélago que administra Seúl bajo el nombre de Dokdo (Takeshima para Tokio).
También entre China y Japón saltan chispas por la disputa de un archipiélago en el Mar Oriental de China, administrado por Tokio como las Senkaku, pero reclamada por Beijing como Diaoyu.
A mediados de setiembre, el secretario de defensa de EEUU, Leon Panetta, alertó del riesgo de guerra si seguían las provocaciones, pero Washington se niega a decantarse por una u otra de las partes. Y «no tenemos ninguna intención de jugar ni un papel de mediación», advierte otro diplomático.