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Elecciones del 21 de octubre

Urkullu plantea más autogobierno, pero evita hablar de independencia

La negativa de Iñigo Urkullu a mentar la palabra independencia es una de las características del arranque de la campaña del PNV. Urkullu sí ha matizado sus alusiones anteriores a la necesidad de «sacrificios»: aclara que si gana no recortará sanidad, educación y políticas sociales.

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R.S. | DONOSTIA

La apuesta genérica por «el autogobierno» para mejorar la situación económica es el espacio al que se circunscribe el discurso de Iñigo Urkullu, que ayer cerró el ciclo de los candidatos a lehendakari en ``Euskadi pregunta'' de ETB. El líder del PNV eludió responder si la independencia sería la solución ante la crisis y se refugió en plantear que «estamos mejor si nos gestionamos nosotros mismos».

La intención expresa de Urkullu de evitar la simple mención de la independencia ya quedó patente por la mañana, en la presentación del programa del PNV. Allí situó su objetivo actual en «ser cada vez menos dependientes». Preguntado por si realizaría un planteamiento soberanista similar al de Catalunya, respondió que «las instituciones vascas ya han hecho un recorrido», en alusión a las iniciativas de Juan José Ibarretxe, y que ahora no entrará «en consideraciones de qué es el referéndum, quién es competente para un referéndum o definición de lo que es una consulta, si tiene carácter vinculante o no...».

El TAV «creará riqueza»

Volviendo a la entrevista con la ciudadanía ante las cámaras de ETB, Iñigo Urkullu fue interpelado sobre el TAV tras su última propuesta de que sea Lakua quien adelante el pago de las obras pese a la crítica situación de las cuentas públicas. Se quejó de que «el TAV es competencia del Estado, llegó hace 20 años a Sevilla y Euskadi está más cerca de Europa». Y defendió que la alta velocidad «articulará la relación entre las tres capitales vascas, nos abrirá al mundo y generará riqueza», como afirma que ya ha ocurrido en otros puntos al crecer el turismo.

El PNV está siendo criticado por sus reticencias a implantar una fiscalidad más progresiva y justa. Preguntado por qué piensa de que los trabajadores estén más controlados en sus impuestos, recurrió a afirmar que «yo también, porque tengo nómina». Después sostuvo que el sistema fiscal vasco ya está bien: «Paga más quien más gana».

Sí puso más interés en matizar declaraciones anteriores sobre las políticas de gasto público. Puso el acento en que si gana no hará recortes ni en sanidad, ni en educación, ni en políticas sociales como las pensiones. En este punto negó el discurso de sus rivales Antonio Basagoiti y Patxi López sobre su supuesta insostenibilidad en la CAV. Les replicó que en pensiones «es más lo que aportamos al Estado que lo que recibimos».

¿Respetaría la primera fuerza?

Iñigo Urkullu dejó sin contestar una pregunta que puede ser importante en el escenario postelectoral: si respetará que la lista que venza gobierne en caso de que no sea la del PNV. El mandatario jeltzale se fue por la tangente al limitarse a decir que hace cuatro años ganaron ellos y abrieron el diálogo con las fuerzas restantes (PSE y PP les desbancaron luego).

El candidato evitó entrar en rifirrafes o acusaciones hacia el resto de opciones en liza. Por lo que respecta al tono, se mostró seguro, directo y breve, hasta el punto de que fue el único al que le ha sobrado tiempo, lo que dio pie a que se le formulaban varias preguntas personales que no recibieron Mintegi, Basagoiti ni López. Al inicio dijo que solo se siente aspirante, pero en algunos momentos a Iñigo Urkullu pareció traicionarle el subconsciente al hablar ya como si estuviera en Ajuria Enea: «Cuando sea lehendakari...». Se definió a sí mismo como «tímido, trabajador y riguroso». Recordó dos veces que es licenciado en Filología Vasca.

PNV y PSE ni siquiera aceptaron reunirse con ELA

ELA ha interpelado a todos los partidos de cara a estas elecciones y ayer hizo balance, en el que viene a criticar a todos por uno u otro motivo y acaba concluyendo que lo importante es «la influencia sindical y social para el cambio en las políticas».

Llama la atención que, pese a ser el sindicato mayoritario, PNV y PSE ni siquiera hayan aceptado una reunión, según destaca ELA. Sí se ha sentado con el PP, que mostró su «total oposición a nuestros planteamientos. Defienden los recortes de Rajoy y López y consideran que es necesario ir más allá. Como ejemplo, defiende que a las personas inmigrantes hay que exigirles más años de empadronamiento para acceder a las prestaciones sociales», dice ELA.

En cuanto a EH Bildu, ELA indica textualmente que «nos indicó su coincidencia en el diagnóstico. Sin embargo, no asumieron compromisos concretos para, en el caso de llegar al Gobierno, aplicar una política presupuestaria propia».

Tras ello, ELA ve reafirmado el valor de la influencia sindical, asegura que «necesitamos que la política admita una relación no instrumental con el movimiento sindical» y lamenta que «varios partidos se acuerdan de los sindicatos en campaña». GARA

«NO ESTÁ AGOTADO»

Sorprendió un tanto la afirmación de Urkullu de que «el Estatuto no está agotado», toda vez que plantea buscar un nuevo marco para 2015 y que ya hace siete años que un lehendakari de su partido llevó al Congreso un nuevo Estatuto.

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