Elecciones del 21 de octubre
La guerra de las audiencias oculta el papel a jugar por EiTB
Agustín GOIKOETXEA | BILBO
Tras 30 años de la creación del ente público, PNV, EH Bildu y PSE -Iñaki Oyarzábal, del PP, excusó su presencia- debatieron ayer en el marco del II Congreso de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la UPV-EHU sobre el futuro de EiTB. Coincidieron en la necesidad de modificar los criterios para la elección de su director y del periodo de su mandato, pero los antiguos socios de gobierno se enredaron en su gestión y las audiencias alcanzadas y no en el papel a jugar por esa gran empresa pública multimedia vasca en la articulación de país, sobre todo en el ámbito cultural y lingüístico.
Tres personas relacionadas a distinto nivel con el ente se reunieron en el Bizkaia Aretoa para exponer el análisis de sus opciones políticas ante ese reto. Marian Beitialarrangoitia, candidata de EH Bildu por Gipuzkoa y trabajadora en excedencia de la «casa» desde el contrato de obra basura hasta la plaza sacada por oposición, reivindicó el papel vertebrador a jugar por EiTB y la importancia de que el camino a afrontar se haga de modo compartido, sin exclusiones.
La exalcaldesa de Hernani lamentó que en estas tres décadas de andadura EiTB se haya ido alejando de sus objetivos fundacionales, primordialmente «por intereses partidistas», y de la comunidad a la que debía servir, con episodios poco gratificantes como el del cambio del mapa del tiempo, la exclusión de voces discrepantes con el actual statu quo o cuestiones alejadas de la realidad vasca.
«EiTB ha vivido demasiado unida y atada a las audiencias, al mercado, lo que no quiere decir que no tengan importancia», manifestó quien durante una década fue una voz habitual en Euskadi Irratia. Beitialarrangoitia insistió en la inversión en la cultura y en la lengua desde lo público: «EiTB no debe estar pendiente del balance económico». Tampoco pivotar su actividad en «una política de fichajes estrella», añadió la periodista.
«Proyecto común»
De ahí que la representante de EH Bildu reivindicase evitar los «partidismos» para avanzar en un proyecto común que sirva no solo a los ciudadanos de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, sino al conjunto de los vascos por encima de divisiones territoriales, evitando los sesgos ideológicos y recogiendo la aportación de diferentes agentes del país. Más adelante, ensalzó el trabajo de los trabajadores del ente y apostó por un trabajo de calidad para afrontar nuevos retos.
A su vez, el jeltzale Andoni Ortuzar -director general de julio de 1999 a enero de 2008- abogó por una financiación público-privada, defendiendo que la ausencia de publicidad «beneficia al grupo Correo». El candidato del PNV criticó que el reparto de puestos en la dirección, en virtud del pacto PSE-PP, haya hecho imposible la gestión, por mucho que Isabel Celaá -consejera de Educación y candidata del PSE- defendiera una y otra vez que las personas nombradas por su Ejecutivo lo fueron «por su profesionalidad». «Hemos ido para atrás», llegó a decir Ortuzar, refiriéndose a la gestión pero también a las audiencias.
Ahí, Celaá le repicó que la revolución en el ámbito de la radiotelevisión ya llevó a ETB a perder público a partir de 2003. El también presidente del BBB jelkide no pasó por alto algunos episodios aireados sobre cambios en las escaletas de los informativos de ETB o en los profesionales asignados a esas tareas.
La todavía consejera lo desmintió y trató de ensalzar los cambios introducidos en los informativos, orientados -le recordó Andoni Ortuzar- a afianzar algunos de los objetivos primordiales del pacto PSE-PP, como era diluir la realidad vasca. En algo coincidieron ambos: en la necesidad de que el nuevo director de EiTB sea elegido por una «mayoría reforzada de 2/3» de la Cámara autonómica, que su mandato se extienda más allá de la legislatura o que se modifique la composición del Consejo de Administración, aunque hubo precisiones.
Mientras Beitialarrangoitia existía en la necesidad de avanzar en el análisis compartido y fijar los ejes nucleares a partir de los que hacer pivotar el resto, Ortuzar echó en cara a Celaá que no pudieran alcanzar un acuerdo para la reforma de la ley audiovisual anterior al pacto que aupó a López a Ajuria Enea y auguraba grandes dificultades para alcanzar el actual consenso parlamentario requerido para elegir al nuevo director.
A su vez, la representante del PSE se inclinó por cambiar radicalmente la composición del Consejo de Administración, disminuyendo el número de sus miembros y apostillando por un perfil más «técnico» y no tan «político».