Después de que el pasado jueves el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, dejase claro que el mecanismo de compra de deuda soberana está preparado y que ahora es responsabilidad de los países pedir o no ayuda, el Ejecutivo español siguió ayer manteniendo la incógnita. En un encuentro en Malta con los máximos mandatarios de los estados francés, italiano y portugués, Mariano Rajoy repitió su habitual discurso de que tomará la mejor decisión que le parezca «sin desechar ninguna posibilidad», al tiempo que instaba a la UE a avanzar en la unión bancaria: «Queremos que cuando tome decisiones las cumpla y lo haga ya».

Rajoy señaló que su apremio a la UE «no tiene nada que ver» con una eventual petición de ayuda financiera europea y garantizó que de momento no ha tomado ninguna decisión al respecto.

Desde Madrid, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría afirmaba que la posible petición de rescate no es cuestión de tiempo, sino de concreción ya que, a su juicio, el Gobierno toma las decisiones cuando las cosas están «concretadas y asentadas».

Detrás de estas declaraciones se encuentra la rebaja de la tensión en los mercados, toda vez que el Tesoro ha conseguido financiarse esta semana sin excesivos problemas. En las tres emisiones de bonos y de obligaciones del pasado jueves, el Estado español colocó 3.992 millones de euros en títulos con intereses menores en dos de los casos.

A la vista de estos datos, el propio Eurogrupo no vio ayer necesario que el Estado español pida un programa de asistencia financiera, al menos no de forma inmediata, porque las condiciones en los mercados han mejorado sustancialmente. El Eurogrupo desmentía así las informaciones que señalaban que el Gobierno de Rajoy podría presentar la solicitud del rescate este mismo fin de semana.

«Si se mira desde el punto de vista de las condiciones en los mercados, no hay ninguna necesidad para España de pedir ningún tipo de programa», señalaron fuentes europeas, al tiempo que subrayaban que la situación en los mercados «está muy, muy lejos» de lo que justificaría un «programa de ajuste macroeconómico completo».

Fuentes del Ministerio español de Economía se expresaron ayer en la misma línea, al asegurar que la posición del Tesoro es «bastante cómoda de aquí a finales de año» porque ha podido cubrir ya el 88% de las necesidades de financiación.

«Si seguimos la tendencia de este año vamos a estar incluso más cómodos el próximo», agregaron, y, aunque reconocieron que todavía existe «estrés alto» en los mercados, resaltaron que este se está relajando y que la situación «se está corrigiendo».

Cumplimiento del déficit

Los ministros de Economía de la eurozona examinarán en su reunión del lunes las reformas acordadas por el Ejecutivo de Rajoy, pero no esperan en ningún caso una petición de que se active el mecanismo europeo de estabilidad (MEDE).

Consideran que las medidas contenidas en el plan de reformas son «muy buenas», ya que se ajustan a las recomendaciones de la UE e incluso van «más allá» en algunos ámbitos.

No obstante, en lo que se refiere al cumplimiento de los objetivos de déficit, el Eurogrupo considera «difícil» que el Gobierno español cumpla el objetivo del 6,3% del PIB este año, pese a que no computará el incremento provocado por las ayudas a la banca (que lo dejaría este año en el 7,4% del PIB). «Partiendo de las dificultades económicas en España, será difícil pero no imposible» alcanzar el objetivo acordado, indicaron fuentes comunitarias.

Al término del encuentro de ayer en Malta, tanto Rajoy como Monti, Hollande y Coelho pidieron al presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, que actúe para paliar la crisis de la zona euro y la especulación en los mercados.

Los mandatarios europeos instaron a los socios europeos a cumplir los compromisos del último Consejo Europeo de junio y a no retrasar la puesta en marcha del supervisor bancario común prevista para enero de 2013, aunque Alemania ha avanzado que no ve la fecha viable.

Según informó el Gobierno español en un comunicado, todos han coincidido en que el próximo Consejo Europeo, que se celebrará en Bruselas el 18 y el 19 de octubre, «debe allanar el camino para el establecimiento de un sistema europeo de supervisión bancaria única».