En momentos de zozobra tanto por la situación económica y política como por las encuestas electorales, PP y PSOE intentaron ayer buscar puerto seguro en la patronal vasca. Tanto Mariano Rajoy, presidente del Gobierno español, como Patxi López, secretario general del PSE, dirigieron ayer a este sector su discurso alarmista sobre los efectos que tendría la independencia. Lo hicieron en un momento en que en estre los empresarios también se advierten posicionamientos individuales crecientes -más a nivel privado que público- en clave soberanista, y también horas después de que al otro lado del Bidasoa la Cámara de Comercio de Baiona expresara su apoyo expreso a la colectividad territorial.

A primera hora de la tarde, Rajoy llegaba a la sede de la Cámara de Comercio de Gipuzkoa, donde compartió impresiones con diferentes empresarios vascos en una cita tras la que no hubo declaraciones. Sin embargo, el contenido de su mensaje quedó muy claro en un posterior acto político del PP en el Museo San Telmo de la Parte Vieja, junto al candidato Antonio Basagoiti, donde Rajoy lanzó afirmaciones como esta: «Quedarse hoy fuera de todo, de España, de Europa y en la nada no es ni siquiera una opción ideológica, es un disparate de dimensiones colosales». Y aseveró que no lo aceptará «de ninguna de las maneras».

Afirmó que el soberanismo «va directamente contra la línea de flotación de lo que hay que hacer para afrontar la crisis económica, del futuro y del bienestar del conjunto de los ciudadanos». Se quejó de que «hay algunos que no se han enterado de que las fronteras tienen sus días contados». Y añadió que «hoy la tendencia es a ser más grandes. Se puede ser de casi todo, salvo pequeños -dijo-, porque te quedas absolutamente en la nada».

Así las cosas, Rajoy alertó de que las próximas elecciones «son más importantes que nunca» porque «se discute si vamos a un periodo de estabilidad en el que la prioridad sea el bienestar de las personas, sus preocupaciones» o, por el contrario, se abrirá un periodo «de incertidumbre» en el que se emprenda un viaje «a ninguna parte».

A estos argumentos les sumó los históricos al señalar que «España tiene más de 500 años de historia y no se puede ir contra el signo de los tiempos ni marcha atrás, ni estar en contra de todos». Defendió además que en la Constitución cabe todo.

López les alerta de Bildu

Por su parte, el candidato a lehendakari por el PSE, Patxi López, que ya el viernes se reunió con empresarios en Gasteiz, visitó ayer industrias de Eibar y Elgoibar para escenificar su cercanía al empresariado. Después, ante los medios, se centró sobre todo en cargar contra Bildu, intentando transmitir a la opinión pública que no comprende «cómo un partido que se dice de izquierdas puede tener tan poca sensibilidad hacia el tejido industrial». Lo completó bromeando con una de las apuestas de EH Bildu para un futuro gobierno: «¿Piensa acaso salir de la crisis con soberanía alimentaria?».

López visitó concretamente la factoría de máquina-herramienta Goratu y las nuevas instalaciones de IK4-Tekniker. Afirmó que su gobierno ha invertido 10 millones de euros para la construcción de este centro y dijo que ha promocionado también el parque tecnológico de Miramon en Donostia, según dijo pese a la «oposición vergonzante» de los gobiernos de Martin Garitano y Juan Karlos Izagirre.

Por la mañana, en un encuentro con jubilados en Gasteiz, López reiteró el mensaje que PSE y PP repiten a diario desde el inicio de campaña. «Mantener la caja única de la Seguridad Social es lo único que garantiza a los jubilados que puedan seguir cobrando las pensiones en Euskadi», dijo López, que ve imposible que se pueda mantener esa protección si Euskal Herria alcanza la independencia.

Sorprendidos con Adegi

Al margen de los actos puramete de campaña, fue una compañera de filas de Patxi López la que también intentó abrir brecha entre EH Bildu y los empresarios guipuzcoanos. En una nota de prensa, la portavoz en las Juntas de Gipuzkoa, Rafaela Romero, mostró cierta sorpresa por el hecho de que el presidente de Adegi, Peio Gibelalde, haya hablado de relaciones «fluidas» con Bildu. Romero dijo sentirse extrañada de la «evolución favorable» del diálogo entre la Diputación de Gipuzkoa y la patronal. A partir de ahí, instó a Martin Garitano a aprovecharlo para convocar una Mesa de Diálogo Social.

En la entrevista que tanto ha sorprendido a Rafaela Romero, Gibelalde admitía que los empresarios tienen diferencias con Bildu en el modo de pensar, pero aseguraba que le tienden la mano a la Diputación para «toda la colaboración» posible entre ambas instancias.