Iker Martínez, campeón mundial y olímpico de la clase 49er y que ha debutado como patrón del AC45 Luna Rossa-Pez Espada en las Series Mundiales de la 34ª Copa América, señaló al final de la prueba que «obviamente estoy muy decepcionado por el resultado final. Sé que si este fuera mi rendimiento normal ya no estaría aquí ahora».

Clasificado en la última posición en la competición de Match Race (barco contra barco) y en flota (todos contra todos), el vasco añadió: «Sobra decir que esperaba hacerlo mejor y puede que mi rendimiento se haya visto afectado por una `indigestión' de muchas millas náuticas y por el nivel de exigencia de regatas como han sido la Volvo Ocean Race y los Juegos Olímpicos de Londres».

Aún así, el regatista guipuzcoano dejó muy claro que «sin embargo, tras este pésimo rendimiento, estoy más determinado que nunca a alcanzar en este tipo de embarcaciones mi nivel habitual de competitividad tan rápido como sea posible».

El italiano Massimiliano Sirena, director deportivo del Luna Rossa Challenge 2013, apoyó al hondarribiarra. «Sabíamos que íbamos a tener muchas dificultades en esta regata debido a los cambios de la tripulación y a casi un mes de inactividad por el traslado del equipo de Nueva Zelanda. Esta semana ha sido la peor en la historia del equipo, pero debe considerarse como una inversión para el futuro. Nuestro objetivo es tener un equipo fuerte y uniforme y para lograrlo tenemos que aceptar con serenidad los contratiempos».

Ahora, tanto Iker como Xabi Fernández, que ha debutado como trimmer del Luna Rossa-Piraña y que se mantiene segundo en la general de las Series, viajarán a Nueva Zelanda para entrenar con el gigantesco AC72 (catamarán de 22 metros de eslora).

El Oracle 4 estadounidense, patroneado por James Spithill, es líder tras las dos primeras series.