Iñaki LEKUONA | Periodista
Una isla en la República
El País Vasco no tiene una singularidad insular como Córcega». La frase es de David Habib, diputado socialista por el Bearne y por lo visto todo un intelectual de izquierda. A Habib, francés de pura de pura cepa y bearnés de folklore, le ha molestado que una delegación de Ipar Euskal Herria se haya presentado en París para reclamar que por una santa vez la República francesa reconozca institucionalemente a este territorio. Y como reflexión no se le ha ocurrido otra que la de la insularidad. «Nada justifica que se cree un estatus específico para la parte occidental del departamento (de Pirineos Atlánticos). Me opongo a esta iniciativa que no hace más que resucitar la vieja reivindicación de un departamento vasco, enterrada por todos los gobiernos de derechas y de izquierdas desde 1981». Sin embargo, Córcega, como es una isla, sí que tiene una justificación para reclamar una singularidad política.
Por muy estúpida que parezaca la reflexión, resulta que se trata de una opinión bastante extendida en un país jacobino como Francia. Debe de ser que la República es una isla en mitad del océano y que los vascos no nos hemos dado cuenta. Debe de ser que Escocia es un atolón del archipiélago británico, que Alemania esta rodeada de agua, que Suiza tiene playas a su alrededor, igualito que Bélgica y Holanda, que Dinamarca se desprendió del continente en algún momento de su Historia y que Noruega dinamitó sus fronteras con Suecia para lograr su insularidad.
Si estos son todos sus argumentos, pasado mañana como muy tarde, nace una nueva isla en la República. Y que no se preocupe Habib: habrá lugar incluso para náufragos como él.