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URRIAREN 21EKO HAUTESKUNDEAK | reflexiones (YXV): Mirentxu Purroy, periodista

«Vamos paso a paso hacia una libertad que no recordábamos»

Conversar un rato con Mirentxu Purroy debería ser asignatura obligatoria para cualquiera que pretenda ejercer de periodista en este país. En media hora que pasa como un suspiro, responde a las preguntas sobre los temas principales de una actualidad a la que mira con optimismo.

Iker BIZKARGUENAGA

Todas las personas que han sido entrevistadas en esta serie de reflexiones han hecho hincapié en la importancia del actual contexto, ya sea por la crisis, por la situación política... ¿cómo ve usted este momento?

Se puede ver desde dos puntos de vista. Por una parte, es una crisis que ha marcado un nuevo rumbo a la humanidad, sobre todo a los países occidentales; y respecto a Euskal Herria, nunca como ahora había pasado la brisa de la independencia exactamente por nuestra puerta, y con una opinión internacional también favorable a los procesos independentistas. Estamos ante algo nuevo que va exigir pensamientos muy creativos para adaptarse. Crisis ha habido muchas, pero movimientos sísmicos a la vez que las crisis, muy pocas. Y esta es una de ellas.

Estamos, por tanto, en un momento de cambio.

Es que si no viene nada nuevo... O realmente descubren que se ha abierto un nuevo camino en la construcción de la forma de organizar las sociedades, la opinión, los partidos..., o las personas que no cojan ese tren se quedarán en la orilla.

Lleva décadas siguiendo la actualidad de este país y, por ejemplo, fue la única periodista que estuvo en Txiberta... ¿Hay algún parecido entre estos tiempos y aquellos?

Yo es que parto de que la vida es cambio. Si no fuera cambio estaríamos muertos, y este es un país que ha estado siempre y está muy vivo. Ha habido siempre etapas en las que se han demolido buena parte de nuestras esperanzas, de nuestro desarrollo, de nuestras ansias de libertad... y ahora lo que confluye es la posibilidad de ver mucha más luz que la que antes teníamos. Y los factores que realmente limitan, los factores limitadores, han quedado vistos para sentencia.

No veo nada más que la culminación del caminar de un pueblo que siempre ha tenido los objetivos muy claros, aunque las posibilidades se han torcido mucho a veces. Pero quien de verdad ha avanzado es el pueblo vasco, o el catalán, y quienes se han quedado donde estaban han sido otros. Es penoso ver a gente de izquierdas española coincidiendo con el pensamiento colonial de un PP. ¿Dónde está el progreso? ¿Adónde han ido? ¿Cómo se puede hoy seguir amenazando con españolizar? Como decía Machado, el español todo aquello que no comprende lo combate con las armas. Eso en pleno siglo XXI les deja donde están.

¿Cómo contempla el ejercicio del periodismo en este momento concreto?

Siempre ha habido en esta profesión, desde el franquismo, lo que se llamaba «periodistas de cuchara». Aquellos a los que el régimen les ponía la cuchara para alimentarlos y hacían lo que unos dirían que era periodismo y otros diríamos que era propaganda. Ese tipo de personas ha existido siempre. Lo que ocurre es que hay tiempos de mayor capacidad para discernir dónde está cada cual, y este es uno de ellos. El periodista nunca debe cogerle del brazo al poder, siempre tiene que criticarlo. Y desde el momento en que hace del poder y del partidismo sus compañeros de viaje, eso deja de ser periodismo. Veo que en general suelen tomar partido político, y hay poco tránsito de lo que es el deber esencial de un periodista, que es la verificación de las fuentes, el comprobar que lo que dice es cierto y ser lo más decente posible. A un periodista no le tiene que gustar una noticia; o es, o no es. Siempre ha habido gente muy acomodada, pero para mí ese es el descrédito de la profesión. Un periodista se desacredita cuando sirve a un señor. O a varios.

Se acaba de conocer la condena del TEDH al Estado español por no investigar las denuncias de torturas de Martxelo Otamendi. Esa noticia, que además afecta a un reputado periodista vasco, es relegada a un segundo o tercer lugar por muchos medios. ¿Qué papel cree que juegan algunos medios en la estrategia del Estado?

Ahí yo creo que realmente el Estado tiene poca función. Para mí lo importante son siempre los periodistas. Tú siempre puedes enfrentarte a algo por ética, y objetar de conciencia, diciendo `yo tengo que informar de lo que sé'. Yo he asistido a ruedas de prensa en las que se han denunciado torturas y no se ha publicado al día siguiente. Ha ocurrido así desde siempre. ¿Dónde está el sustrato, la razón de eso? Pues en que probablemente se ha ejercido una militancia diciendo `oye, a estos cuanto más les peguen, mejor'. Es la doble moral de quien defiende y protege la vida y otras cuestiones, menos cuando les toca a ellos.

Me parece que siempre hay una respuesta individual. Nunca, nunca, se tiene que esconder nadie ni bajo su director, ni bajo su empresa, ni bajo el Estado. Es su conciencia. Me parece que el caso de Martxelo, como otros casos, fue sangrante. Y él fue valiente, se arriesgó y por lo menos sale, no solo con la cabeza alta, sino también muy dignificado. Mientras que otros muchos tendrán que esconder su conciencia y tendrán que repetirse a sí mismos `por qué fui tan cobarde y no informé'.

Junto a ese periodismo «militante», parece que hay también una cierta autocensura por parte de algunos periodistas, quizá por la precariedad, por el miedo a perder el trabajo... ¿Cree que existe esa autocensura?

Siempre se ha autocensurado. Cuando entras en un medio, estos están tan definidos ideológicamente que tú sabes dónde estás, y si quieres permanecer ahí... Pero en la vida siempre tienes muchísimas opciones para no tener que manipular ni falsificar. La precariedad siempre ha existido, y en esta profesión, como en otras, hay gente que elige una manera de hacer u otra. Uno nace, muere y va a tener que rendir cuentas de sus actos, solo. Los actos tienen que ser personales, y a poder ser liberadores y sin hacer daño a nadie. ¿Bajo qué gorro te vas a esconder para argumentar tus actos?

Vivimos en la época de las redes sociales, de nuevos instrumentos, medios alternativos... ¿qué ventajas y qué inconvenientes les ve?

Yo distingo entre información y comunicación. En la información uno informa de los hechos que se producen, las declaraciones textuales de alguien que se ha manifestado, cómo se ha producido determinado hecho. Y otra cosa es comunicar, donde uno abre una compuerta y hace amarillismo. Imagínate que haces unas declaraciones y ves que esas declaraciones las ponen en un contexto manipulado, sin análisis y sin verificar la información. Pienso que, precisamente, las redes sociales, las nuevas técnicas de comunicación, lo que hacen es obligar al profesional a reciclarse, a ser siempre joven, a innovar su manera de hacer llegar al mayor número de personas la información que él ha contrastado y que es verídica. A cumplir un servicio público, que es el derecho de la gente a estar bien informada, porque eso es un derecho y hay que ser leal con ese derecho.

Estos días se ha cumplido el primer aniversario de la Declaración de Aiete, es también el primer aniversario de declaración de cese de la actividad armada de ETA... ¿Cómo lo ha vivido? ¿Qué pasos quedan por dar?

Me parece la Declaración de Aiete es una de las cosas más importantes que se han producido, en cuanto a esfuerzo colectivo. Y en especial tengo que decir que Lokarri ha jugado un papel que este país le tendrá que agradecer. Aiete fue posible gracias a ellos, junto a otros, claro. Después ha faltado el poder fijar más la urgencia de empezar a poner cada cosa en su sitio. Son caminos que necesitan mucho sosiego y un gran reconocimiento de las equivocaciones, aunque no hace falta estar entonando todos colectivamente el mea culpa de manera permanente. Los representantes políticos, que han sido elegidos por la gente, si no dan un paso adelante es que no merecen crédito. Y los partidos no se han movido.

¿Y cómo hacer que se muevan?

Ahora tenían la oportunidad de haber incluido en sus programas cuáles iban a ser los pasos que iban a dar, y han sido de una enorme pobreza. Como no se parta de la convicción de que para vivir en una casa no se puede estar viviendo en un infierno... Yo no soy política, pero me molesta mucho que se use a los votantes solo para hacer un número. Cuando están arriba es cuando algunos empiezan a pensar que han llegado a ser lehendakari por su cara bonita.

¿Esperaba la actitud que está manteniendo el Estado?

Es que me parece que es el único país de la UE que tiene un gobierno ultra, con una mayoría absoluta. Es que incluso espero más, me parece que no han dado de sí todo lo que pueden. Ahora que Catalunya ha dicho que si hay democracia y se respeta el veredicto de las urnas y lo que diga el Parlamento catalán ellos van a la independencia... ¿y cuál ha sido la respuesta? Pues que casi han puesto a pasear a los soldados por las Ramblas. ¿Qué me puedo esperar? Pues me espero esto.

Hace año y medio, en otra entrevista a GARA, apuntaba que «el precio de la libertad es caro, y se paga». ¿Cuánto nos queda por pagar a los vascos?

Este es el pueblo más antiguo de Europa, y si ha sobrevivido tantos siglos es porque ha ido pagando un precio muy caro. Los demás países han ido desapareciendo. Algo tenemos en nuestra idiosincrasia que nos hace seguir luchando por la libertad, y que preferimos pagarla cara pero tenerla. Creo que nos espera tener que pagar muchas veces por nuestra libertad. Y estamos en un momento en el que vamos a ir paso a paso a una libertad como no recordábamos en siglos. Esa libertad es carísima, pero a los vascos nos merece mucho la pena.

¿Es factible que dentro de unos años el mapa del mundo sea muy diferente del actual y que en él aparezca Euskal Herria?

Sí, creo que nos queda por construir lo nuevo, que es hacer los Estados Unidos de Europa. Y ahí tenemos un sitio que nos ha estado esperando casi desde la eternidad, porque realmente los fundadores de la actual Europa fueron los vascos, que no hacen sino volver a su casa. Y en esta legislatura que va a empezar se tiene que trazar con completa libertad y sin coacción alguna la forma en que el pueblo pueda expresar libremente su voluntad. Y si su voluntad dice que quiere la independencia, será. Nosotros queremos ensanchar nuestra libertad, ser independientes, ser por fin libres.

Periodismo íntegro y en estado puro

Mirentxu Purroy es una de las periodistas con mayor reconocimiento en Euskal Herria. Lleva más de tres décadas siguiendo la actualidad política y social, y en este tiempo ha participado en diversos proyectos en prensa escrita, cine y televisión. Fue fundadora de «Punto y Hora» en una época en los que tanto ella como sus compañeros sufrieron censura, amenazas, procesos, encarcelamientos e incluso atentados. También fue directora de «Egin», siendo la primera mujer directora de un periódico en este país, y en ese tiempo tuvo que cambiar siete veces de domicilio por el acoso y amenazas que sufría. Es autora de varias películas y documentales. Hace unos años dirigió el programa de actualidad e investigación periodística «Mundo.hoy» en ETB.

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