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La moda más cercana da un salto al museo

Los expertos en moda a menudo mencionan Donostia como la ciudad en la que la gente viste mejor. Sin embargo, el espacio que le dedica a la moda, hasta ahora, casi ha sido inexistente. Poco a poco los nuevos diseñadores se están dando a conocer gracias a iniciativas como Kutxa Kultur Lana, que acerca las creaciones al público cara a cara.

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Nagore BELASTEGI

Estitxu Urtizberea y Ane Urtizberea son las diseñadoras tras la marca Lasurtiz. No son hermanas, ni siquiera parientes, solo dos chicas que se conocieron en clase de diseño al sorprenderse de que ambas tenían un apellido que consideran poco común. Cada una por su lado emprendieron caminos distintos, las marcas Stoos y Anuska Petruska, respectivamente, pero hace ya tiempo que juntas trabajan por Lasurtiz, nombre elegido para su marca por la unión de «las Urtiz», tal y como les llamó una profesora en una ocasión.

Esta marca ha sido elegida para participar en la tercera edición de Kutxa Kultur Lana, el festival de la moda dedicado a los nuevos diseñadores que se celebra en Donostia. También participaron en la primera edición, cuando el espacio se limitaba a una carpa de exhibición detrás de la catedral del Buen Pastor. Esta vez el festival se ha trasladado a las instalaciones del Museo San Telmo; una sala del claustro acoge desde ayer por la mañana un showroom -lugar donde se reúnen unos diseñadores seleccionados para poder mostrar sus prendas al público-, y la iglesia se convierte en pasarela por la tardes. Es ahí donde tendrá su espacio Lasurtiz.

El showroom cuenta con 18 pequeños espacios donde los diseñadores muestran sus prendas. Entre ellos se encuentra Debora del Carril, una argentina que crea moda tras el nombre Q. «Nunca me había presentado a un concurso en el País Vasco, pero una amiga me habló de Kutxa Kultur Lana y aquí estoy», comentó a GARA desde el espacio dedicado a sus creaciones. Entre varios colgadores de ropa llama la atención su mesa con objetos a medio camino entre joyas y ropa. «Son complementos que hacen alusión al reciclaje -explica-, son collares cómodos que se pueden estirar porque están hechos con tela de punto, y las cosas que cuelgan las consigo de mercadillos de antigüedades». Del Carril lleva un año aproximadamente realizando este tipo de complementos, pero viene del mundo de la creación de vestuarios para teatro así que también sabe de prendas de vestir.

Al fondo del showroom estaba la arrasatearra Amaia Albes, que tenía una agenda bastante apretada; debía marcharse a recibir un premio que le han concedido en otro concurso. En Donostia contaba con stand, pero no tenía una pasarela programada. «Trabajo mucho por encargo, así que apenas tengo tiempo de crear mis colecciones. Lo que ves aquí es una muestra de lo que hago. Tengo pensado empezar a materializar algunas ideas que tengo para poder llevarlas a pasarela», admitió. En su colgador podían verse sobre todo creaciones en negro, adornos con plumas y corsés, pero con una línea «suavizada», según Albes. La diseñadora también realiza broches y adornos para el pelo.

En la sala contigua se agolpaba la gente para ver desfilar las primeras colecciones. El front row estaba plagado de gente aficionada a la moda u otros diseñadores que fotografiaban cada detalle de cada prenda, unos para imitarla después en la calle y otros para conseguir inspiración. Quienes pudieron mostrar sus creaciones al público ayer fueron Eneko Aranbarri, Iraia Oiartzabal, Elena Silvestre y Nerea Lurgain en la primera tanda, y Artiulore, Maia Apaolaza, Ianire Soraluze y Q en la segunda.

Según explicaron «las Urtiz» desde la tienda-taller de Anuska Petruska en el centro comercial de la Bretxa, sin soltar la aguja en ningún momento, para ellas Kutxa Kultur Lana es una oportunidad para conocer a otros diseñadores y aprender de ellos. «Creemos que más que enemigos, somos amigos. En Gipuzkoa hay buen ambiente», afirma Estitxu, si bien Ane cree que el sector de la moda es un mundo muy difícil.

Aun así las diseñadoras afirman que desde que ellas estudiaban hasta ahora ha habido un gran cambio. «Se dice que en Donostia la gente viste muy bien, que tiene mucho estilo, pero después nos decían que para las cosas de la moda había que ir a Bilbo. En Gipuzkoa no ha tenido espacio, y creo que el evento «Gure moda gaur» -que se celebra en mayo- le dio un empujó al sector, y ahora podemos tener un evento como Kutxa Kultur Lana, aunque la Capitalidad Europea para 2016 también ha influido», afirma Ane.

También pueden conocer a personas referentes en el mundo de la moda. Por ejemplo, este año el jurado encargado de elegir las mejores colecciones de las jornadas está compuesto por el diseñador Modesto Lomba (Devota&Lomba), la curadora del Museo Cristobal Balenciaga, el crítico de moda Pedro Mansilla y Roberto Etxeberria, un diseñador que a pesar de ser relativamente nuevo arrasa allá donde va (ya ha ganado dos premios EGO de Cibeles de los nuevos diseñadores, entre muchos otros).

De ellos depende decidir qué dos marcas son las mejores de esta edición. Los premios se repartirán mañana, último día de las jornadas, y constan de 3.000 euros para el primero -una cantidad que servirá para que los diseñadores puedan continuar con su trabajo-, o realizar una pasarela en el Museo Cristobal Balenciaga para el segundo. Para Lasurtiz, al igual que para el resto de marcas, sería una gran oportunidad ganar el concurso porque esto le daría visibilidad, pero el simple hecho de estar en Kutxa Kultur Lana ya les parece importante a sus diseñadoras, más teniendo en cuenta que su colección es más que simple moda.

Estitxu es de Hondarribia y allí hay un colectivo de música llamado Psilocybenea de donde salen muchos grupos. Hace menos de un años un amigo del colectivo falleció. «Psilocybenea decidió llamarlo `Tximista', porque estaba lleno de vitalidad», cuenta, y por eso decidió afrontar el duro golpe dedicandole una colección a la que Ane en seguida se unió. En todas las prendas hay una referencia al rayo, a la fuerza y la luz que tiene. La colección llamada «Bizitzara begietara begiratuz» está hecha con rosa vibrante, «el color de los sentimientos», con negro y gris metalizado. Algunas piezas llevan el motivo de un rayo explícitamente y otras están decoradas con lentejuelas que brillan. Debido a que las costuras coinciden con los dibujos, el patronaje es complicado, y como las lentejuelas tienen que coserse una a una, el trabajo es muy laborioso. Tanto que han contado con la ayuda de muchos amigos. En ese momento su amiga Oihana realizaba tiras con abalorios.

«El momento económico no es el mejor, pero también es verdad que la gente no valora esta ropa -afirma Ane-, nuestros competidores no son las marcas como Inditex, porque está hace ropa bonita, que sienta bien y además es barata, pero tenemos a nuestro favor que toda la gente va igual vestida». Para Estitxu el «Made in China» (por decir un lugar) desvirtualiza el valor real de la moda. «Creo que la artesanía debería valorarse más», afirma. Las dos diseñadoras y su amiga Oihana siguieron cosiendo con esperanza de poder terminar el trabajo a tiempo para la pasarela de esta tarde. Desde su punto de vista, será un desfile muy emotivo porque muchos espectadores saben el significado de la colección. Pretenden impactar al resto con sus colores y sus formas.

Denek dute zer ikasi

Jaialdiak karpatik museora egin du salto, baina ez da hori izan aldaketa bakarra. Leku aldaketaren ondorioz, «friboloa» delako etiketa duen mundu bat gertutik ezagutzeko aukera du jendeak, berea egiteko. Horrez gain, diseinatzaileek beraiek ere badute zer ikasi, beraiei zuzendutako tailer eta hitzaldi bereziak dituztelako.

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