Exhausto por el transcurrir de una semana llena de cr�pticas declaraciones de los que dicen querer guiarnos por el recto camino; dif�ciles para el entendimiento del com�n de los mortales.

Ignacio Cosid�, as� se llama el director general de la polic�a espa�ola, asegur� el jueves que �los polic�as tambi�n tienen derecho al honor� por lo cual quieren prohibir la difusi�n de im�genes de la polic�a en el ejercicio de sus funciones. El honor, un concepto un tanto et�reo, incluso contradictorio seg�n quien lo conciba. Palabra de honor puede referirse a un escote por el que vislumbrar el canalillo de las se�oras. En el cuadro de honor del colegio en que sufr� parte de mi infancia estaban las fotos de los pelotas y meapilas de mis compa�eros m�s abyectos. El saque de honor resulta ser un patad�n a un bal�n lleno de aire. El campo del honor tanto se refiere al terreno donde dos duelistas dirimen las ofensas como donde los j�venes son enviados a matarse con otros j�venes iguales por militares y pol�ticos al servicio de los industriales. Todo en beneficio del Mercado. Hasta la Guardia Civil dice que el honor es su divisa. Cualquiera que lea su historia la ver� plagada de gestos honorables. Ignacio Cosid� tambi�n es un hombre de honor, por eso pertenece a la Cofrad�a Penitencial de Nuestro Padre Jes�s Nazareno y Nuestra Madre la Virgen de la Amargura de Palencia. Un honorable penitente que no quiere que las honorables acciones de sus subordinados sobre los ciudadanos puedan ser vistas.

Despu�s, la jornada de ayer dedicada a la reflexi�n, es decir, al agotador proceso de pensar detenidamente acerca de algo con la finalidad de sacar conclusiones que clarifiquen la decisi�n a tomar.

Fue un ayer agotador, primero quise sentirme libre como Gorka, el ni�o de Rosa. Y �qu� quer�is que os diga? No acababa yo de cogerle el tranquillo a tanto libertinaje constitucional espa�ol. Todo el rato acud�a machaconamente a mis o�dos aquel estribillo de �libertad sin ira, libertad� que tanto mal caus� tiempo atr�s entre los m�s d�biles.

Intent� �estar a lo que hay que estar� como Patxi, es decir, �sin ser lo que hay que ser� y me result� imposible.

Dirig� mi atenci�n al chico de los labios carnosos y su Euskadi Aurrera y se me represent� Ricki Martin, �un pasito p'adelante Mar�a, 1-2-3, un pasito p'atr�s�. Un mareo precedi� al v�mito.

Intent� descifrar el or�culo basagoitiano de que si yo no voy ellos ganan... y no pude. Me asaltaron las dudas. Que la victoria de ellos dependa exclusivamente de m�, me paraliza. Soy incapaz de asumir semejante responsabilidad �Falta de valent�a? Es posible �Y si ellos resultan ser como yo o, menos pretenciosamente, yo resulto ser como ellos? �Entonces qu�? Encontr�base este su seguro servidor en mitad de la vor�gine de estas inc�gnitas sin resolver, cuando ca� en la cuenta de que una duda se iba agrandando en mi mente acerca de m� identidad: �qui�n era yo? se un�a al �qui�nes eran ellos? Me salv� el orphidal.

Hoy, domingo, es mi momento, el de los m�os, los que ganaron con sus manos lo que tienen y lo van a defender. Palabrita de honor.