ALAVÉS 1

PEÑA SPORT 0

Un gol de Jagoba Beobide a veinte minutos del final permitió al Alavés redondear una gran semana, que comenzó el sábado anterior con el reencuentro con el triunfo en Tajonar, prosiguió con la emocionante victoria en Valencia, protagonizó su capítulo más ilusionante con el sorteo copero y culminó con un triunfo que le asegura el liderato una jornada más. Viento de cara para los albiazules que se llevó por delante a la Peña Sport. Y no porque lo mereciera, porque el equipo navarro cuajó una notable actuación en Mendizorrotza, pero acabó hincando la rodilla y enlaza ya cuatro semanas sin poder celebrar la victoria.

Ayer dio la cara hasta el último suspiro frente a un anfitrión que saltaba al césped con un gran signo de interrogación sobre la cabeza. Y es que era difícil saber hasta dónde podía llegar la resaca copera, tanto a nivel emocional como físico, tras 120 minutos de eliminatoria y un largo viaje, a los que se añadía un campo demasiado pesado. Ante la previsión de que pudiese pasar factura, Sergio Amatriain superpobló el centro del campo de su equipo, al que hizo imponer un alto ritmo de juego.

Pese a lo cual, la primera ocasión llegó por parte local, al encontrarse Sendoa delante de Gonzalo con un balón franco que no pudo rematar a gol. A renglón seguido, el guardameta visitante tuvo que emplearse a fondo para rechazar un disparo de Óscar Rubio que buscaba la escuadra. Empezaban a sufrir atrás los de Tafalla, pero tampoco se descomponían y además sabían buscar el momento de lanzar rápidos contragolpes que pillaron adelantados a los albiazules en más de una ocasión. En los últimos compases del primer tiempo, el Alavés dejó algo más de espacio a su rival, que pasó a dominar el juego, aunque el cambio no tuviera demasiada relevancia a nivel de áreas.

En ambos lados

Paso obligatorio por vestuarios y los de casa que volvieron a amagar pronto, en este caso con un remate de Borja Viguera que se fue alto. La Peña mantenía el orden en todo momento, dificultando las transiciones de la zona creativa albiazul. Así que los de Natxo González se vieron obligados a tirar de balones en largo. Jonan García parecía el único capaz de salir del atasco y sus compañeros le buscaron con desesperación para comandar todos y cada uno de los ataques locales.

Con todo, la presión sobre la portería de Gonzalo se fue incrementando. Saltó al campo Guzmán, uno de los alavesistas más desequilibrantes, y la sensación de peligro aumentó aún más en el área del equipo tafallés que, sin embargo, tampoco se resignaba a pasar el tiempo sufriendo y sabía estirarse triangulando con estilo para llegar a los dominios de Miguel.

Pero el gol llegó en el área visitante. Fue en el minuto setenta, tras una bonita triangulación entre Jonan y Barahona, que finalmente apuntilló Beobide sobre la misma línea de gol. Poco faltó para que, casi de inmediato, Óscar Rubio sentenciase, pero su balón dio en el larguero.

No se vino abajo el equipo de Amatriain, que buscó el empate hasta el último suspiro, con un par de claras ocasiones e incluso alguna jugada para la polémica, pero que acabó regresando a Tafalla de vacío.