Varios ataques contra dirigentes y miembros de las Fuerzas Armadas en Bagdad y en el norte de Irak dejaron al menos once muertos ayer, según informaron fuentes médicas y militares del país.

El ataque más mortífero que causó la muerte de siete personas e hirió a 49, la mayoría civiles, fue en el mercado de Kazimiya, un barrio de mayoría chií en el norte de Bagdad, al estallar dos bombas.

«Hemos escuchado una fuerte explosión, así que fuimos corriendo a ver qué había pasado. El lugar de la explosión era un caos con ropa, comida y cuerpos por todas partes», relató un policía desde el lugar de los hechos.

También en la capital, un grupo de hombres armados abrieron fuego contra una patrulla policial en al-Shaab (norte), cuasando la muerte de dos policias.

Un funcionario que trabajaba en una prisión en las afueras de Bagdad también perdió la vida mientras conducía su coche al este de la capital y otro funcionario de prisiones, que se encontraba con el en el automóvil cuando fue atacado, resultó herido.

En Mosul, a 350 kilómetros al norte de la capital, hombres armados dispararon y causaron la muerte de un soldado fuera de su casa, según las fuentes anteriormente citadas.

El número de víctimas de ayer a causa de la violencia fue el más alto en Irak desde el 30 de setiembre, cuando 33 personas murieron y 106 resultaron heridas en distintas localidades del país.

Sin embargo, aún con estos datos, la violencia ha disminuido drásticamente en Irak desde el pico de 2006-2007, aunque los ataques son frecuentes, especialmente en Bagdad.