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«Ventanas al interior», cuando quisieron callar a cinco voces

A las puertas del estreno inminente de «Barrura Begiratzeko Leihoak/Ventanas al interior», seguimos de cerca el accidentado periplo que ha sufrido este filme coral en el que aportan su testimonio cinco presos políticos vascos. Son contadas las ocasiones en las que un proyecto cultural ha sufrido la presión política padecida por este largometraje documental.
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Koldo LANDALUZE | DONOSTIA

Cinco miradas, cinco voces, cinco testimonios atrapados en una cámara. «Barrura Begiratzeko Leihoak/Ventanas al interior» conforma un puzzle de emociones captadas por cinco sensibilidades diferentes que permitirán al espectador ser testigos directos de unas voces hasta ahora calladas y siempre señaladas que subvierten los códigos del silencio impuesto. A través de las cinco crónicas propuestas por Txaber Larreategi, Mireia Gabilondo, Josu Martínez, Enara Goikoetxea y Eneko Olasagasti seguimos de cerca el periplo vital y emocional de cinco presos políticos vascos que, ante la cámara, nos hacen partícipes de sus anhelos encarcelados y su rutina cotidiana al otro lado de las rejas

A Josu Martínez le ha correspondido dotar de sentido las cinco experiencias vitales filmadas en «Barrura Begiratzeko Leihoak», un proyecto colectivo que fue señalado por las altas instancias políticas del Gobierno español desde su misma gestación. «Cuando miro hacia atrás -señala- descubro que ha sido un camino largo y costoso. A veces tengo cierta sensación de tristeza porque el esfuerzo invertido por muchas personas, buena parte de ellas de manera desinteresada, no se ha visto recompensado. Por otro lado, no es menos cierto que siento una gran satisfacción por haber llegado a buen puerto y después de superar todo tipo de trabas».

Algún «secreto»

A Josu Martínez no le falta razón cuando muestra parte de ese desencanto porque han sido en muy contadas las ocasiones en las que un proyecto cultural ha tenido que soportar la presión política y mediática padecida por «Barrura Begiratzeko Leihoak», un filme fue sentenciado incluso antes de haber sido rodado.

«No somos tontos y sabemos donde vivimos -dice Martínez-. Con anterioridad había rodado dos proyectos parecidos: en el primero hablaba de las víctimas del GAL y en el segundo centré mi interés en lo que supone la deportación. Lo que yo no esperaba es que, tal y como señalas, el bombardeo que hemos padecido se iniciara antes de la propia gestación del proyecto». Teniendo siempre presente el tema abordado y sus protagonistas, los cinco autores sufrieron la persecución directa de la Policía mientras llevaban a a cabo su labor.

El primer ataque serio contra la película se produjo en junio cuando el Ministro del Interior amenazó con ilegalizar Bildu por una subvención que recibió la película desde el Ayuntamiento de Donostia. «Fue una escena que nos sobrecogió y sorprendió y fuimos conscientes de lo que podría conllevar una situación de esta magnitud cuando el abogado Iñigo Iruin nos advirtió que no se trataba de una broma ni de una `serpiente de verano', que la cosa iba en serio y que podrían llegar a ilegalizar Bildu por esa extraña y rocambolesca circunstancia. Desde entonces, en cada paso dado hemos encontrado un obstáculo, lo cual no ha situado en mitad de un huracán, en mitad de una auténtica caza de brujas. Por fortuna, la gente nos respaldó con su dinero, euro a euro logramos finalizar un proyecto que, ahora puedo decirlo, ya estaba filmado de antemano. Lo que ocurre es que no podíamos decir que estaba acabado antes de recibir las subvenciones, porque corríamos el riesgo de que la Policía nos pidiera la película de antemano y prohibiera su exhibición pública».

Alguna polémica

A esto le sucedió la amenaza de bloquear sus cuentas bancarias y la no inclusión de la película en el Zinemaldia. En relación a este último episodio que generó una gran controversia y que obligó al director del certamen -José Luis Rebordinos- a explicar los motivos de esta no inclusión, Josu Martínez aporta el siguiente dato: «Conozco a José Luis Rebordinos y le creo cuando afirma que no hubo coacción política de por medio, pero no resultó nada clarificadora la explicación que dio cuando dijo que la película no tenía cabida debido a que su `linea editorial no entraba dentro de las directrices del festival'. ¿A qué línea editorial se refiere? ¿Se refiere al nivel de calidad que podría no tener la película? ¿No es acaso el público lo suficientemente maduro como para poder valorar si la película que está viendo es buena o mala? Yo estoy convencido de que lo que vivió la película en el mes de junio mediatizó por completo el destino del filme, lo que provocó que los responsables del Zinemaldi se toparan con una auténtica patata caliente».

Dejando a un lado las diversas polémicas que han rodeado este proyecto coral, merece la pena fijarse en la propia estructura de un proyecto no exento de riesgo, ya que se trata de aunar en un mismo filme cinco miradas diferentes. «Esa labor me correspondió a mí -dice Martínez. Tenía claro que debía dar completa libertad artística a cada uno de los cineastas, pero, al mismo tiempo, había que mantener una línea continua para que le conjunto no se desequilibrara. La riqueza del filme radica en que, a pesar de las diversas posturas elegidas a la hora de desarrollar los testimonios filmados, en la obra prevalece una unidad que tiene como objetivo mostrar al espectador -sobre todo al que está mediatizado por un discurso que tiende a mostrar a los presos políticos como auténticos monstruos- que está escuchando y viendo a cinco seres humanos».

CAZA DE BRUJAS

«En cada paso dado hemos encontrado un obstáculo, lo cual nos ha situado en mitad de un huracán, en mitad de una auténtica caza de brujas. Por fortuna, la gente nos respaldó con su dinero», dice Josu Martínez.

ESTRENO

Con el estreno de Bilbo este sábado, en el Bizkaia Aretoa (Nuevo Paraninfo de EHU/UPV), arranca la gira del documental. Hay proyecciones atadas en Baiona, Tolosa, Gernika... El calendario está en www.zinez.net

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