El próximo martes, 30 de octubre, se celebrarán las elecciones para renovar a 33 de los 80 miembros de las respectivas asambleas de BBK, Kutxa y Caja. 37 del total de la asamblea corresponden a los impositores o clientes, aunque cuatro de ellos se eligen fuera de Euskal Herria en función de la expansión de las cajas. En este contexto se presentó ayer en Donostia la plataforma Biltzen, que trata de aglutinar a los clientes «soberanistas y de izquierdas» de estas entidades bancarias.

En el acto de presentación, en el que Jesús Mari Larrazabal y Julián Zapiain ejercieron de portavoces de los integrantes de la iniciativa, mostraron su total desacuerdo con el proceso de privatización de Kutxabank y abogaron por una entidad «de carácter público y social, democrática y trasparente», que «apueste por la economía real» y que incida «en pos de un nuevo modelo social y alternativo».

Biltzen recordó que estas van a ser las primeras elecciones desde la creación de Kutxabank y se refirieron a las bases fundacionales de este banco como positivas, porque «cerraban las puertas a la privatización». En este sentido, criticaron el posterior acuerdo entre PNV y PP, que modificaba las condiciones anteriores y que «impedía la presencia de otras fuerzas en los órganos de dirección». En este sentido, desde la plafatorma de clientes denunciaron que, «amparándose en la crisis y en la reforma del sistema financiero, darán el paso a la privatización de Kutxabank»

Reivindicaciones

Este colectivo de representantes de los impositores reivindicó que hay que garantizar «el control público y social de Kutxabank, así como la transparencia en su funcionamiento para que «los clientes, representantes de instituciones, trabajadores, agentes y ciudadanía, en general, cuenten con toda la información y puedan participar en la toma de decisiones». Asimismo, propusieron que el ámbito de Kutxabank sea Euskal Herria, que «utilicen los ahorros de los clientes para fomentar y proteger la economía local y no hacer seguidismo del sistema financiero especulador».

Desde Biltzen defendieron que Kutxabank debe «garantizar la aportación suficiente para que la acción social que las tres cajas han llevado durante años tenga futuro». Además, reivindicaron «terminar con la política de desahucios, apostando, junto con las instituciones públicas, por el alquiler social».

La referencias a la economía real las concretaron en ayudas a la creación de empleo y mediante créditos a empresas y pequeñas cooperativas y comercios; impulso al sector productivo y tecnológico; protección a la agricultura y la pesca, «con el objetivo puesto en la soberanía alimentaria»; así como primar el medio ambiente y la «economía verde». La iniciativa apostó también por «dejar al margen» las inversiones en industria militar o relacionadas con el armamento. Estas propuestas las resumieron en el objetivo de aplicar «estrategias financieras que sitúen la economía al servicio de las personas». Finalmente, Biltzen recordó que estamos hablando de dinero «que es de la ciudadanía y de los ayuntamientos o instituciones locales» y que debe ser utilizado «para impulsar un nuevo modelo económico y social».