«Get the Gringo» no se estrenó en EE.UU. en salas de cine, lo que hacía pensar que se distribuiría directamente en DVD para el resto del mundo. El que no haya sido así, deja claro que Mel Gibson es en Hollywood donde está perseguido, y de ahí que prefiriera no figurar como director de la película, aunque la produce, escribe y protagoniza. Esa labor la ha confiado a su asistente Adrian Grunberg, que forma parte del mismo equipo que también rodó en México «Apocalypto».

«Get the Gringo» es un genuino trhiller fronterizo que no duda en rendir tributo al maestro Sam Packinpah, tanto en la secuencia inicial de la persecución tras el atraco, que remite a «La huida», como en el tiroteo a cámara lenta inspirado en «Grupo salvaje».

Lo que hace a la producción de Mel Gibson diferente es su localización, ya que se eligió como set de rodaje un penal de Verácruz a punto de ser derribado. La cárcel en cuestión es descrita como una población amurallada con sus propias leyes internas, fruto de la masificación. El condenado que manda sobre el resto de reclusos es un narco encarnado por Daniel Giménez Cacho, y que tiene como secuaz a un matón al que presta su abultado físico Jesús Ochoa.

Para sobrevivir, el gringo Gibson necesita aliarse con algún mexicano, encontrando a un niño de cuya madre se convierte en protector. De esa pura necesidad surge algo más, junto conla posibilidad de formar una familia tex-mex. Dolores Heredia es la madre y Kevin Hernández el precoz niño que se mueve por el penal como pez en el agua.