En el debate sobre los presupuestos de la Mancomunidad de Iruñerria celebrado ayer, Bildu votó en contra tras argumentar que no están de acuerdo con la forma de financiación del transporte público y calificar la construcción de la nueva sede de Salesas como «irresponsable» y «temerario» en este contexto de crisis económico. Además, Eva Aranguren y Peio Martínez de Eulate criticaron la demora con la que han recibido la propuesta de presupuestos porque consideran que ello impide el análisis en profundidad.

El primero de los argumentos defendidos para rechazar la propuesta presupuestaria se debió «a la negativa del Gobierno de Navarra para asumir lo que le corresponde pagar por este servicio», y acusaron al ejecutivo de afrontar este tema «como un problema y no como una oportunidad». Pidieron tanto al ejecutivo como a las instituciones mayor implicación económica, porque son ellas quienes «tienen el deber de garantizar su financiación».

Además, recordaron que no se ha puesto en marcha ninguna de las medidas previstas en el último Plan de Transporte Comarcal. «Es más que evidente -señalaron- que la pugna en la negociación del próximo Plan de Transporte no va a ser cómo mejorar el servicio y conseguir que cumpla sus objetivos sociales, sino quién va a sufragarlo».

Con todo ello, Bildu se opuso al incremento tarifario del 5,8% que se propuso en el debate porque «se amplía el peso de la persona usuaria en la financiación del TUC, haciendo repercutir el déficit en el billete».

El segundo motivo se debe a la compra del edificio Salesa, proyectado como futura sede de las oficinas de la Mancomunidad. Según recordaron desde Bildu, la Mancomunidad llegó a un acuerdo con Caja Navarra, por el que se comprometió a comprar el edificio por 4,5 millones de euros. Como condición, la entidad pidió que el 90% del valor del inmueble se financiara con la contratación de un préstamo con dicha entidad. «Un préstamo a quince años que pagamos con un coste anual de 345.127 euros a cambio de ningún servicio», resaltaron.

El canon de 1.100.000 euros anuales que la Mancomunidad paga por el derecho al agua de Itoitz, y la falta de previsión para dar salida a los residuos fueron el resto de motivos que llevaron a la coalición a rechazar los presupuestos de 2013.