Casi un año después de su humillante salida de la presidencia y tras 18 años en la vida política, Silvio Berlusconi anunció que tira la toalla y que renuncia a presentarse como candidato a las próximas elecciones que se celebrarán en Italia en la primavera de 2013. Su salida deja a su partido, el PDL, la difícil tarea de encontrar un sucesor capaz de reflotar a la debilitada formación.

Ya se perfilan algunos nombre para ocupar el puesto dejado por Il Cavaliere. Desde su delfín, Angelino Alfano, secretario general del partido desde junio de 2011, hasta la postfascista Daniela Santanché pasando por el exministro Giancarlo Galan, convencido democrata-cristiano. En opinión de Marcello Sorgi, analista y editorialista político del periódico «La Stampa», Berlusconi, visto como «un líder carismático, como un padrazo, ejercerá una influencia decisiva en la elección».

Deseoso de dar un impulso a su formación, convocó elecciones primarias, un hecho inédito en la derecha italiana. «Pero si se decanta por uno alguno, seguro que ese será el elegido», vaticina Sorgi.

Para Marc Lazar, politólogo francés especializado en Italia, se trata de una histórica decisión, aunque también «pone en evidencia la catastrófica situación del PDL». Añade que «la renuncia de Berlusconi abre una nueva crisis en su seno».

El PDL, el primer partido de Italia en 2008 con el 38% de los votos en las elecciones parlamentarias, está en caída libre en los sondeos desde hace más de un año. Su declive se ha visto agravado por los escándalos de corrupción en Lacio (Roma ) y Lombardía (Milán).

«El PDL se descompone en pedazos. En su seno confluyen diferentes sensibilidades -neofascistas, centristas...- y a su líder Alfano le falta autoridad y carisma. Aunque ganara las primarias, nada indica que el partido vaya a cerrar filas en torno al nuevo líder», considera Lazar.

Otros analistas son más optimistas sobre el futuro de la derecha de Berlusconi.

«Si las primarias se organizan correctamente, podrían abrir nuevas oportunidades para la consolidación entre las fuerzas del viejo y el nuevo centroderecha», estima Roberto D'Alimonte en el rotativo «Sole 24 Ore».

«Todo el espectro de centroderecha está buscando un nuevo líder capaz de repetir la haza de Il Cavaliere de 1994: unificar a los moderados para evitar una victoria de la izquierda, pese a que está en minoría», destaca.

Otra de las claves es si el PDL repetirá alianza con La Liga del Norte, que en los sondeos ha bajado hasta un 5%.