GARA > Idatzia > Eguneko gaiak

TRAS LAS ELECCIONES DEL 21-O ! Laura mintegi, candidata a lehendakari de eh bildu

«Vamos a hacer política sólida, no politiquería ni ruido»

La campaña ha sido muy exigente a todos los niveles, y en el caso de Laura Mintegi lo confirma la aguja de la báscula. Pero no ha perdido un ápice de nervio y habla con pasión del tránsito desde el 21-O hasta Gasteiz, desde los actos electorales hasta el Parlamento, adonde remarca varias veces que acuden a «hacer política, no politiquería». El objetivo, cambiar las políticas y las formas de hacerlas, para lo que ve imprescindibles nuevas herramientas de soberanía y de participación ciudadana.

p002_f02_44611.jpg

Ramón SOLA

Laura Mintegi pone rumbo ya al Parlamento: «Pero ojo -matiza-, pienso estar también en la calle, no me voy a quedar encerrada allí». Es su cumpleaños y no deja de recibir felicitaciones de antiguos amigos y de los nuevos que va haciendo en esta travesía. Empezamos valorando este 21-O y acabamos mirando lejos, al final de la legislatura, en 2016.

277.000 votos, 21 parlamentarios, y sin embargo es probable que le haya tocado consolar a alguien estos días, ¿qué le dice?

Que hemos tenido unos resultados excelentes, que nunca ha habido semejante presencia de soberanistas y de izquierdas en el Parlamento Vasco, que esto nos da unas herramientas inmejorables para hacer política durante cuatro años... Lo que pasa es que decíamos que no había que hacer caso de las encuestas, pero también había que hacerlo, no solo decirlo. Ya quisieran muchos para sí esta supuesta «derrota» y estos malos resultados. Ya los quisieran el PSOE y el PP.

¿Qué se puede hacer con 21 parlamentarios en una cámara con ese reparto de fuerzas?

Se puede hacer política. Es más, vamos a actuar como si estuviéramos gobernando, porque nuestro objetivo no es hacer politiquería, no es instalarnos en el no. Los objetivos que hemos fijado en campaña son los que queremos conseguir también ahora, así que vamos a buscar acuerdos con todas las fuerzas, estén en el Parlamento o no. Y tenemos que crear instrumentos nuevos que ahora no existen, porque nuestros objetivos no se pueden llevar a cabo con las herramientas actuales. Nos hacen falta mayores cotas de soberanía, instrumentos para consultar a la ciudadanía de una manera sistemática... Mi valoración es que si en algunas poblaciones de Gipuzkoa no ha habido tan buenos resultados es porque se han intentado aplicar unas políticas novedosas con unos instrumentos políticos caducos, obsoletos, y ahí se ha producido un desajuste.

¿En qué sentido?

Cuando todos estamos acostumbrados al «ordeno y mando», intentar aplicar políticas que sí requieren esa participación e implicación de la ciudadanía produce ese desajuste. Y no estoy criticando a la población, ni mucho menos, sino que nos falta una cultura participativa que quizás la tenemos que hacer antes de aplicar esas políticas innovadoras.

Han hablado para las personas, y sobre todo para las personas que tienen problemas, proponiendo soluciones. Pero la abstención apunta a que muchas de ellas no se han sentido suficientemente motivadas...

Y no me extraña, lo digo así de claro. La abstención me preocupa mucho porque es un síntoma del abismo que hay entre los dirigentes políticos y la población. Me lo planteo incluso como un objetivo personal: explicar la política a las personas de manera que sientan que pueden incidir. ¿Cómo se hace esto? No solo en base a discursos. No se le puede decir a la gente `participa en política' y luego no darle instrumentos para ello. Hay que crearlos y hacerlo de manera sectorial, geográfica (por comarcas) y general (referendos). Es imprescindible para llegar a los objetivos que nos hemos planteado, no podemos arriesgarnos a hacer políticas que involucren a toda la población sobre su destino si previamente la ciudadanía no está acostumbrada a que su opinión cuenta y a que es vinculante.

Leídos en clave abertzale, los resultados son muy buenos, pero no lo son para otras políticas y para otras formas de hacer política, porque entre PNV, PSE y PP suman 53 de 75 escaños...

Me preocupa mucho que la izquierda estatal se haya quedado fuera del Parlamento, me parece un síntoma general de la debilidad de las izquierdas en Europa. La política neoliberal necesita un freno, así que eso no me alegra en absoluto. Vamos a buscar puntos de encuentro y darles opción de que puedan hacer política aunque no estén en el Parlamento. Hay que superar las miserias de la política al uso y pensar en clave de país buscando acuerdos amplios. Para las políticas de izquierda necesitamos complicidades.

Esta semana han vuelto a abogar por esos pactos con todos, lo que constata que no era una táctica electoralista como algunos decían, sino una apuesta sostenida. Pero ¿no es difícil de entender que se reivindique otro modelo y a la vez se tienda la mano para esos pactos?

No. La búsqueda de pactos es seña de identidad de nuestra nueva política. Ahora, si lo que quiere decir es que resulta muy difícil que otras fuerzas pacten con EH Bildu cuando reivindicamos otras políticas, entiendo mejor la pregunta. Y creo que si hablamos de problemas reales, vamos a estar más cerca de los acuerdos de lo que pensamos. Mi experiencia personal es que cuando se habla en teoría las ideologías nos separan, pero cuando se habla de dar soluciones a los problemas de las personas, tenemos que coincidir a la fuerza. Y van a tener que apearse de algunas políticas que no aportan soluciones.

La crisis es lo más urgente. Y el primer asalto tras las urnas era el Consejo Vasco de Finanzas, de donde solo ha salido desacuerdo, reproches mutuos...

También el Consejo Vasco de Finanzas necesita una reflexión en profundidad, hay que hacer una unificación de criterios y este es un buen momento porque estamos de acuerdo en que la crisis nos lleva a tener que buscar nuevas fuentes de financiación. Las diputaciones pueden empezar a llegar a acuerdos sobre fiscalidad y el Parlamento puede ser un lugar para hacer esa unificación de criterios. La línea que ha iniciado Gipuzkoa es muy válida, Bizkaia ha empezado a aplicar algunas medidas de modo más tímido, y Araba va a tener que hacerlo.

Cuando Iñigo Urkullu plantea dedicar dos años a la crisis y hablar luego del marco, ¿es posible eso? ¿Cabe afrontar la crisis sin tener más instrumentos?

Necesariamente vamos a tener que contar con más soberanía para atajarla. La experiencia nos dice que el Concierto se queda corto frente a los recortes de Rajoy. Por un lado tenemos que negociar el Cupo para compensar todo eso que nos imponen, y por otro superar el Concierto y plantear la independencia.

¿Y qué opina de esos dos años? 2014 ya es año de referencia por el referéndum escocés y el centenario catalán. Si esperamos, ¿se puede marchar ese tren?

No es fácil contestar a eso. Por un lado tenemos mucho trabajo por delante para involucrar a una parte importante de la población en la senda independentista, tenemos que contrarrestar muchos años de bulos, mitos e inexactitudes. Pero, por otro lado también pienso que cuando el tren se va, se ha ido, y eso puede retrasar el proceso quince años, como hemos visto en otros paises. Soy partidaria de que cuando surge la chispa hay que encender la mecha, pero sin hacerlo deprisa, corriendo y mal. Entonces, no sé si dos años son suficientes, pero sí que dentro de cuatro años tenemos que estar mucho mejor. No sé si seremos independientes o no, pero sí mucho mejor.

Los resultados sí son muy buenos para el carril de la resolución al conflicto, porque PP y PSE pierden mucho peso. Pero el problema en realidad no está aquí, sino en Madrid, ¿cómo hacerle moverse?

En este tema la clase política va por detrás de la sociedad. La ciudadanía está haciendo la tarea de reconciliación de manera muy natural, nadie va a la panadería y le piden el perdón antes de darle una barra de pan, sino que le dan la barra y hablan de qué tal están tus hijos. Mira al futuro y no al pasado. ¿Qué se puede hacer? Aprender de esa sociedad y acercar posturas de manera natural. Muchas veces los políticos no son la solución, sino el problema. Yo solo estoy dispuesta a hablar de manera positiva, y en consecuencia solo estoy esperando escuchar mensajes positivos, los negativos me van a resbalar.

¿Qué tipo de oposición harán? ¿Van a mantener el tono bajo de la campaña?

Yo no creo que haya sido tono bajo, todo lo contrario. Pero no hay que confundirlo con ruido, la gente está harta de griterío. No vamos a hacer ruido, vamos a hacer política, y una política muy sólida, muy consciente y muy responsable. Creo además que se puede trabajar mejor sin ruido que con él.

¿Que concluye de las conversaciones con otros líderes, qué pasa cuando se van las cámaras y apagan los micrófonos?

Hay demasiado parafernalia en la política. Cuando te sientas delante de alguien y le planteas cómo arreglamos esto, si nos olvidamos un poco de los aparatos y vamos a las políticas estaremos más cerca de lo que creemos. Los aparatos a veces desvirtúan lo que debe ser hacer política. Cuando los ciudadanos desconfían de los políticos, lo que están diciendo es que no les gustan los aparatos, y a mí tampoco. Quiero encontrarme con líderes que sepan tomar decisiones y que puedan tomarlas desvinculados de sus propios aparatos.

Entramos en un ciclo más o menos largo. Siendo realistas, ¿cómo le gustaría que estuviera este país dentro de cuatro años, al final de la legislatura?

Tengo dos respuestas. La primera es que me gustaría que esté exactamente como su población lo deseé. Y ahora añado que a mí personalmente me gustaría que fuera un país independiente basado en la justicia social. Pero la primera respuesta es la más válida: como la población lo desee. Ojalá sea lo mismo que deseo yo, pero igual no...

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo