Replegados
Son repliegues de una crisis, externalización de una miseria disfrazada de riqueza desbordante. El suegro de Urdangarin lo ha dicho en la India: «España se ve mejor fuera; dentro dan ganas de llorar». Si a él le dan ganas de llorar, a sus súbditos, después de llorar un rato le dan ganas de proclamar la república francesa de inmediato. Y a los que lo soportan por imposición, ni le cuento. Y eso de España es un problema para los que se sienten españoles, los primeros, pero para los que no quieren serlo también, porque hay que pagar sus juergas, sus elefantes y los maquillajes de su nuera, la periodista perdida en palacio.
Y puestos a recapitular sobre los gastos, entendiendo perfectamente que esos premios son una imagen de marca, lo que no acaba de entenderse muy bien es el derroche televisivo. Sí, claro, es la campaña de reafirmación borbónica que han emprendido desde RTVE, además entre los premiados siempre se encuentran individuos que realmente son interesantes en sus quehaceres, incluso hasta importantes, y como son globales, es decir premian a científicos, a deportistas o a artistas, siempre queda una foto para el populismo, como la de Iker Casillas del Real Madrid y Xavi Hernández del Barça, un símbolo de la deportividad, etcétera, etcétera. Pues ni así: las audiencias de estas retransmisiones son paupérrimas para todo el despliegue y el machaque publicitario que les acompaña. Hay que seguir con atención el deterioro de las audiencias de TVE, que está por encima de lo previsible.