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El ministro de Defensa, Ehud Barak, deja la política tras el fiasco de Gaza

Ni la deriva del laborismo ni su última aventura parlamentaria le auguraban un futuro político sin sobresaltos. Y la negativa del ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, a avalar una incursión terrestre contra Gaza ha enterrado las pretensiones que le quedaban. El héroe de guerra del Ejército israelí abandona la política a dos meses de las elecciones. Y lo hace sin pena ni gloria. La nueva Sión no paga traidores.

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GARA | TEL AVIV

El ministro israelí de Defensa, fiel aliado de Benjamin Netanyahu, dio la sorpresa al anunciar su retirada de la vida política a menos de dos meses de las elecciones legislativas del próximo 22 de enero.

El veterano político laborista dio la sorpresa en una conferencia de prensa en Tel Aviv, en la que mostró su deseo de «consagrarme a la familia».

«Seguiré como ministro de Defensa hasta la formación del nuevo gobierno en tres meses», precisó Barak quien, a sus 70 años de edad, es considerado el número dos del Gobierno.

«La política es solo uno de los medios de dar mi contribución al Estado» sionista, recordó.

Barak se negó a confirmar si aceptaría ser nombrado «a título personal» por el primer ministro, Benjamin Netanyahu, en el próximo Ejecutivo. Este último, favorito en los sondeos, puede designar a una personalidad no miembro del Parlamento al frente de un Ministerio.

Cinco días después

La decisión de Barak se conoce cinco días después del fin de la operación israelí «Pilar Defensivo» contra Gaza, de la que el todavía ministro de Defensa extrae un balance positivo «pero por el momento».

Barak se opuso desde un comienzo a una incursión terrestre, opción por la que se decantó finalmente Israel.

Tras abandonar el Partido Laborista en enero de 2011 para conservar el Ministerio de Defensa que ocupa desde hace cinco años en el Gobierno Netanyahu, Barak fundó el partido Hatzamut (independencia en hebreo) con otros cuatro diputados laboristas tránsfugas.

Según un sondeo publicado el viernes, esta formación tendría difícil lograr representación. Este resultado difícilmente podría darle un peso político suficiente para poder conservar el puesto de Defensa que se disputan varios caciques del partido Likud, la formación derechista de Netanyahu, entre ellos el actual ministro de Asuntos Estratégicos, Mishñe Yaalon, un antiguo jefe del Estado Mayor.

Según algunos diarios, Netanyahu se habría negado a comprometerse formalmente a mantener a Barak al frente del Ministerio. El lobby de los colonos y las formaciones de extrema derecha han pedido en los últimos meses su cabeza, acusándole de frenar la colonización de la Cisjordania ocupada.

Su salida, en caso de que Netanyahu revalide su victoria, podría reforzar a los partidarios de una línea dura. Tras haber sido partidario de un ataque contra Irán, Barak se ha alineado contra una operación de este tipo junto con el actual jefe del Estado Mayor, Benny Gantz, y el dirigente del Mossad, Tamir Pardo. Todos ellos están de acuerdo con la posición de EEUU.

Por contra, Netanyahu, apoyado por el ministro de Exteriores Avigdor Lieberman, no cesa de agitar el fantasma de un ataque contra la antigua Persia.

Héroe militar venido a menos

Héroe de guerra y uno de los militares más prestigiosos de Israel, sus zigzags en política le han valido fama de oportunista.

El Partido Laborista que en su época dirigió y con el que fue primer ministro entre 1999 y 2001, no logró más que 13 escaños en las legislativas de 2009. Su mayor fracaso político fue la imposibilidad de alcanzar un acuerdo con Yaser Arafat en 2000 en Camp David y bajo la égida de Bill Clinton. El estallido de la segunda Intifada le costó su derrota electoral meses después frente a Ariel Sharon.

En el ámbiro militar, se le recordará por la retirada de Líbano de 2000 pero por el baldón de la derrota estratégica ante Hizbullah en 2006.

Nacido en un kibbutz en 1942, su estrella se ha apagado definitivamente estos días en Gaza.

El jefe de Hamas en el exilio apoya la exigencia de Abbas en la ONU

El líder de Hamas en el exilio, Jaled Meshaal, ofreció ayer su apoyo a la demanda del presidente de la Autoridad Palestina (ANP) en Cisjordania, Mahmud Abbas, para que Palestina obtenga el estatus de Estado observador en la ONU.

Según un comunicado difundido por la organización palestina islamista, Meshaal destacó «la necesidad de que esta iniciativa se inscriba en el cuadro de una estrategia nacional para preservar los derechos nacionales, sobre la base de la fortaleza del pueblo palestino, comenzando por la resistencia». En otro comunicado, otro miembro de la dirección de Hamas en el exilio, Ezzat al-Rishq, saludó «la iniciativa en la ONU para obtener el estatus de Estado observador pero sin concender ni sacrificar ni un pedazo de la tierra palestina, del mar (Mediterráneo) al río (Jordán)», en referencia al territorio de la Palestina del mandato internacional antes de 1948, fundación del Estado de Israel.

Contrariamente a la oficina política en el exterior, dirigentes de Hamas del interior de la Franja de Gaza, gobernada desde 2007 por el movimiento islamista, han criticado la iniciativa de Abbas, denunciando la ausencia de negociaciones y de intento de compromisos con el conjunto de las organizaciones palestina de resistencia.

El portavoz del primer ministro palestino de Gaza, Ismail Haniyeh, desmintió el 22 de novi embre su apoyo a Abbas, anunciado por la agencia oficial palestina Wafa.

Un líder de Hamas en el interior, Mahmud Zahar, calificó la iniciativa de «reconocimiento de la renuncia oficial a las fronteras de 1948». GARA

otro muerto

El Ejército israelí mató a tiros a un palestino acusado de haberse infiltrado en la frontera y de apuñalar a una israelí a la que hirió levemente. Son ya dos los palestinos muertos en Gaza desde el inicio del alto el fuego.

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