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Poniatowska acusa a Bryce Echenique de «falta de ética»

La escritora mexicana Elena Poniatowska terció ayer en la polémica sobre la concesión al peruano Bryce Echenique del premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2012 de la Feria de Guadalajara -el principal premio de esta importante cita literaria- y lo hizo acusándolo de falta de ética. En el rifirafe Bryce Echenique ha recibido apoyos y furibundas críticas, hasta el punto de que no está presente en la feria, que arrancó el pasado sábado.

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Amaia EREÑAGA | DONOSTIA

Dotado con 150.000 dólares, el premio FIL de Literatura en Lenguas Romances es uno de los mayores galardones literarios del mundo latinoamericano. Fue creado por iniciativa de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en 1991, año en que lo recibió el chileno Nicanor Parra, y la noticia de su concesión al peruano Alfredo Bryce Echenique (Lima, 1939) en la edición de este año levantó en otoño pasado una oleada de críticas en México. Una polémica que precisamente ahora -la feria, que se celebra cada año en el oeste de México, se prolongará hasta el 2 de diciembre- ha vuelto a estar de actualidad.

En setiembre pasado se daba a conocer la decisión del jurado de este premio, tomada por unanimidad, que decidía reconocer a «una de las figuras fundamentales de la literatura latinoamericana». La decisión ya se sabía que iba a resultar polémica, debido las acusaciones que pesan sobre al peruano, autor de obras como «Un mundo para Julius», multado en su país en 2009 por plagio, pero no por su obra literaria, sino por dieciséis artículos periodísticos en los que Bryce «aprovechó», copió o firmó con su nombre textos de otros. El Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual de Perú sancionó a Bryce Echenique con una multa de cerca de 57.000 dólares.

Académicos contra el premio

El pasado mes de setiembre, después de conocerse la concesión del premio, comenzó a circular en internet una carta abierta en la que doce intelectuales y catedráticos mexicanos -FIL está asociada con la Universidad de Guadalajara-pedían que se reconsiderara la decisión «pues se trata de un autor al que se le han comprobado diversos plagios». Por contra, el 16 de octubre la feria FIL difundía otra carta, esta firmada por 110 escritores e intelectuales, que defendía la decisión del jurado y denunciaban «la peligrosa persecución moral» de «ciertos» medios de comunicación, contra el escritor... aunque alguno de los firmantes, el chileno Rafael Gumucio, se desvinculaba posteriormente.

Posiblemente para evitar males mayores, en octubre pasado los organizadores optaron por entregarle el premio a Bryce Echenique en una ceremonia privada que tuvo lugar su casa en Lima (Perú), cuando lo habitual es que, con este premio, se inaugure la feria. Según el diario mexicano «La Jornada», desde la concesión de ese galardón Bryce Echenique se ha convertido en un personaje esquivo, arisco con la prensa, sobre todo la mexicana, a la que se niega a responder, como sucedió en la reciente presentación de su último libro en Barcelona. Desde hace algunos años, se ha convertido en sinónimo de polémica, sobre todo desde que, hará un lustro, empezaron a salir a la luz numerosos casos de textos plagiados que firmaba con su nombre sin siquiera mencionar al autor original y, en el mejor de los casos, cambiaba alguna o varias frases. La investigadora chilena María Soledad de la Cerda, en octubre pasado, daba cuenta en el diario mexicano «La Razón» de otros siete casos más que había hallado, alguno de ellos «reutilizados» de un ensayo del exdirector del Instituto Cervantes Santiago Mora Figueroa.

Ante los ataques, Bryce Echenique no se quedó callado y, a principios de este mes, en declaraciones al diario madrileño «El País», la emprendió contra sus críticos: «¡Que se jodan!», dijo, «es un grupo de extrema derecha. Hay gente que quiere todos los premios para ellos. Son unos frustrados». Aseguró que «no hay juicios pendientes» y que no ha sido «multado, sino más bien desmultado», ya que las autoridades peruanas le habían devuelto «con intereses» la multa. Por contra, el politólogo José Antonio Aguilar, uno de los académicos que le critica, dice que «miente Bryce», y que «no ha ganado ningún procedimiento».

Hasta ayer Elena Poniatowska no había terciado en la polémica. En el homenaje que se le tributó por sus ochenta años en la la Feria del Libro, la autora explicó «es la más importante en el mundo con la Fráncfort y la de Buenos Aires. Han venido de Alemania, de España, de Italia, y ahora de Chile. Han sido premiados Juan Goytisolo, Olga Orozco, Tomás Segovia, Fernando Vallejo, Carlos Monsiváis, Juan García Ponce, y solo después de veinticinco años en esta última edición, Alfredo Bryce Echenique se permitió exclamar `que se jodan' en vez de reconocer, como dijo Juan Villoro, que la cultura no puede estar al margen de la ética».

El escritor y periodista Juan Villoro, quien estaba sentado en la mesa con Poniatowska, apuntó el pasado 19 de octubre en un artículo titulado «La ética de un oficio» y publicado en el diario «Reforma», que el presidente de la FIL, Raúl Padilla, «enfrenta una encrucijada que reclama grandeza» y confió en que estuviera a la altura de las circunstancias.

Frazen y las redes sociales

600 autores participarán en la FIL. Algunas cifras: asisten 18.000 profesionales del libro, dos mil casas editoriales de 43 países y se ofertarán 320 mil títulos. A lo largo de los nueve días se espera la asistencia de 700.000 personas.

El escritor estadounidense Jonathan Franzen -autor, entre otros de «Más afuera» (2012) y «Libertad» (2010)-, recibió ayer la medalla Carlos Fuentes y dijo sentirse comprometido por «luchar por la novela», un género en el que cree, que sigue vivo y que mantiene su vigor pese al avance de nuevas tecnologías y forma de comunicación. «Mi propia vida ha sido tan transformada y enriquecida por la existencia de las novelas que siento este profundo compromiso de luchar por la novela como una forma», sostuvo Franzen, en declaraciones recogidas por Efe. «Mi comunidad son los lectores y los escritores», expresó ante varios cientos de personas que le escucharon.

Preocupado por que el libro electrónico pueda generar en el público la creencia de que comprar un libro no debe costar dinero, Franzen, que también es colaborador de la revista «The New Yorker», se mostró crítico con el uso de redes sociales como Twitter y Facebook, a las que considera «adicciones» y un «paliativo» a la falta de una verdadera comunicación.

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