El Ejército turco aseguró ayer en un comunicado que «el despliegue de baterías de misiles Patriot tiene un fin únicamente defensivo y solo servirán para defenderse contra amenazas aéreas y de misiles procedentes de Siria, y en ningún caso para ofensivas ni para la implantación de una zona de exclusión aérea».

Un equipo conjunto de Turquía y la OTAN evaluará a partir de hoy dónde colocar los misiles, el número necesario y las tropas extranjeras que operarán sobre el terreno.

El miércoles pasado, Turquía solicitó a la OTAN el despliegue del sistema de misiles Patriot diseñado para interceptar aviones o misiles para reforzar la seguridad a lo largo de sus 900 kilómetros de frontera con Siria.

Damasco tildó esta petición de «provocación», mientras que Irán y Rusia se opusieron a cualquier medida que pueda suponer un primer paso hacia el establecimiento de una zona de exclusión aérea.

El primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, tildó de «inaceptable» el reconocimiento de la Coalición Nacional de las Fuerzas de Oposición y de la Revolución Siria como «único representante» del pueblo sirio y criticó el paso dado por el Estado francés. «No nos gustaría que nazca en Oriente Medio un nuevo foco de tensión. La desintegración de Siria no beneficiará ni a Rusia ni a Francia», advirtió