CRíTICA: «Sesión 1.16»
No dejes de grabar pase lo que pase
Mikel INSAUSTI
La era digital ha permitido el abaratamiento de los costes de producción, de tal manera que todo el mundo puede hacer su película. Cada joven realizador tiene ahora la oportunidad de darse a conocer, y el debutante Hernán Cabo no la desaprovecha. Junto a su equipo, igual de inexperto, trata de hacer ver a la industria que con muy poco dinero son capaces de solventar los problemás técnicos que presenta un rodaje de ficción, siendo merecedores del apoyo que les falta de cara a nuevos proyectos.
El margen de confianza ya se lo han ganado, aunque su elección para empezar se entiende más a nivel de funcionamiento interno que con vistas a llegar al público adolescente mayoritario. Digo esto, porque el fenómeno «Paranormal Activity», por mucho que parta de la película de bajo coste, cuenta con una promoción y una distribución mainstream encaminadas a obtener la máxima rentabilidad. Incluso «Rec» ha gozado de repercusión internacional, arrojando unas ganancias a las que nunca podría llegar «Sesión 1. 16» con su limitado número de copias en circulación. En su caso la independencia permite asegurar el necesario primer paso previo dentro del cine de género con vocación comercial.
La modalidad de terror found footage va directamente asociada al uso de manejables pequeñas cámaras de video, que en teoría pueden grabarlo todo, incluso aquello que llega a pasar desapercibido al ojo humano. Las cintas encontradas de «Sesión 1. 16» pertenecen al encierro en una buhardilla de un grupo de jóvenes estudiantes de periodismo con una tabla Ouija, desoyendo las advertencias de un sacerdote con experiencia en este tipo de juegos espiritistas. Dichas premoniciones sirven para sugestionar al espectador y preparar el terreno a posibles experiencias paranormales fuera de control. La dueña de la casa talaverana donde tiene lugar la acción es una aspirante a presentadora de progamas como «Cuarto milenio» de Iker Jiménez, y es de las que exigen al colega encargado de la cámara y al técnico de sonido que no dejen de grabar nada de cuanto suceda por extraño que parezca.